El director del Instituto de Enseñanza Secundaria Santa Irene, Alfonso García, subrayó ayer las elevadas cifras de repetidores con las que arranca el nuevo año académico. Los cursos más conflictivos son primero y tercero de ESO, que registran un índice del 16% y 32% de suspensos respectivamente. "Los jóvenes acusan mucho los cambios. Notan la entrada en el instituto y también el salto a tercero, porque en ese curso pasan de tener maestros a recibir clase de licenciados".

El director mencionó que otra de las disfuncionalidades producidas en los centros educativos es la inclusión de los inmigrantes en un curso según su edad. "El año pasado tuvimos algún caso con niños latinoamericanos que no tenían la formación exigida, con lo que les costó muchísimo coger el ritmo".

Con respecto al acoso escolar, manifestó que en su centro no ha habido ningún caso serio. "Suele ser todo en la calle o acoso vía móvil. El problema es que nos enteramos tarde. Los chavales no son capaces de hablar y a nosotros se nos siguen escapando cosas".