Redacción / santiago/Pontevedra

El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, se reafirmó ayer, ante el alcalde de Pontevedra, Miguel Fernández Lores, en su compromiso de "cumplir" con el traslado de la factoría de Ence de la ría y dio por segura la puesta en marcha de la anunciada "mesa de concertación" para empezar a trabajar en el cambio de ubicación con los demás agentes implicados, sobre todo con la propia empresa.

Touriño y Fernández Lores protagonizaron ayer en Santiago el primer encuentro institucional entre ambos desde el relevo en la Xunta. Aunque la entrevista sirvió para que el alcalde entregara al presidente gallego un amplio relatorio de cincuenta demandas de la ciudad, la reunión se centró en la fábrica de celulosas, apenas 24 horas después del juicio contra varios dirigentes sindicales que defienden la continuidad de Ence en Lourizán y que están acusados de desórdenes públicos durante un pleno municipal.

Lores salió de la reunión "convencido" de que el único objetivo de ese diálogo que propone Touriño sobre el complejo es "acordar su traslado a otro lugar, siempre con las premisas de mantener los puestos de trabajo, continuar en la comarca y cerrar el ciclo productivo".

No obstante, en la cita de ayer no se concretó ningún calendario de trabajo para esa "mesa de concertación" ni mucho menos las posibles alternativas de emplazamiento. Al respecto, el presidente se limitó a apuntar que se buscarán alternativas para la posible "reubicación", mientras que el alcalde emplazó al Gobierno autonómico a hacerlo "lo antes posible".

"Hay trece años por delante (hasta que en 2018 expire la concesión de Costas sobre esos terrenos de Lourizán), pero cuanto antes se aclare el asunto, mucho mejor", insistió Lores, consciente de que este periodo de "coincidencia" entre la Xunta y el concello se debe aprovechar.

De momento, el primer paso será tratar de revocar el acuerdo de supramunicipalidad por el que la Xunta anterior trató de dejar al concello al margen de los planes de ampliación de Ence. Lores pidió expresamente a Touriño que se anulase aquel decreto de diciembre de 2003.

El jefe del Ejecutivo autonómico se mostró partidario de revocarlo, al tiempo que garantizó al alcalde que la Xunta "respetará" siempre la autonomía municipal y es necesario que la papelera Ence "cumpla y respete" todo lo que tiene que ver con la normativa municipal.

El titular del Ejecutivo gallego dejó clara su apuesta por "liberar la ría", porque, a su juicio, "es lo que necesita la ciudad". Sin embargo, todavía no se ha determinado el modo de anular ese decreto de supramunicipalidad. Los juristas de la Xunta estudian ya si es posible un procedimiento ordinario o si habría que aguardar al pronunciamiento de los tribunales, a los que recurrió en su día el concello.