Los juzgados de la comarca de Pontevedra, en los que se incluye la capital, Marín y Caldas, han salido bastante airosos de la última inspección cursada por el Poder Judicial. Los datos del informe del servicio de inspección demuestran el buen funcionamiento de todos los juzgados, pero todos ellos coinciden en un punto: la necesidad de medidas de seguridad en todas las sedes judiciales.

Esta recomendación aparece al final del informe de los juzgados y de la Audiencia Provincial en la ciudad de Pontevedra, y también en las sedes de Marín y de Caldas. De todos modos, es una demanda antigua y básica, que no se ha cubierto ni siquiera después de que una joven resultó herida cuando su madre le arrojó ácido sulfúrico a la cabeza cuando ambas se encontraban en el Palacio de Justicia de Pontevedra.

Después de esta agresión, ese mismo edificio vivió una reforma integral pero no se reforzó su seguridad, dado que las medidas de control para acceder al inmueble son las mismas que en aquella fecha.

El edificio de la Audiencia provincial es un ejemplo de lo que sucede en todas las sedes judiciales de la comarca e, incluso, de la provincia. En Caldas de Reis, el edificio judicial carece de arco detector o agentes de seguridad custodiándolo, lo mismo sucede en Marín.

Seguridad en A Parda

En cuanto al edificio judicial de A Parda, en Pontevedra, existe un único arco detector en la entrada que está controlado por un agente de la Policía Nacional.

Otras necesidades encontradas por el servicio de inspección del Poder Judicial es la creación de una nueva sala de vistas en Caldas de Reis o el refuerzo del Registro Civil en Marín.