A varios taxistas del aeropuerto de Peinador les cantaron ayer las "cuarenta". Como cada mañana, y aprovechando la falta de pasajeros durante unos minutos, algunos taxistas montaron una pequeña "timba" a las puertas del aeropuerto. Un contenedor de basura y un cartón a modo de tapete, les fue suficiente para echar su tradicional partida de cartas mientras no llegaba un avión cargado de pasajeros.

Pero poco tardaron los responsables de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) en desmantelar aquella improvisada partida de tute. "Todos los días hacen lo mismo", aseguran los responsables del aeropuerto que señalan que están cansados de llamarles la atención argumentando que "dan muy mala imagen".

Los taxistas no se daban por aludidos, y aunque fueron instados por el subdirector del aeropuerto a abandonar dicha actividad, ellos continuaron dandole a la baraja "Que yo sepa aquí no hay ningún cartel que prohíba jugar a las cartas", decían los taxistas. Pero dos manos después de haber recibido la reprimenda, los responsables del servicio de recogida de basura se apresuraron a quitar todos los contenedores que había a la entrada del aeropuerto y que los experimentados jugadores empleaban a modo de mesa.

Fuentes de AENA aseguran que no les parece normal que se pongan a jugar en lugar de estar atendiendo a su trabajo y dicen que "en invierno se meten dentro del aeropuerto y esto parece una auténtica taberna. Fumando, ocupando los asientos mientras hay pasajeros de pie y todo inmerso en un griterío insoportable", afirman los responsables de Peinador.

"En Santiago he visto a gente jugando a las cartas apostando dinero mientras Fraga pasaba por allí, y no se les echaba del aeropuerto", afirmaba uno de los taxistas. Y aunque todavía hay alguno que opta por echar una partida dentro de las instalaciones de Peinador, la mayoría asegura que solamente juegan fuera, a la entrada del aeropuerto. Mantienen que están atentos en todo momento a los clientes y se quejan de que se les prohíba echar una partida de cartas mientras que "hay gente que fuma dentro del aeropuerto, entra con perros o aparca en nuestros sitios, y nadie les dice nada", explican los taxistas.