Los soldados de dos compañías de las Fuerzas Armadas de Israel se trasladaron ayer desde Gaza hasta el norte de Cisjordania, para evacuar a más de 2.000 extremistas israelíes atrincherados en los asentamientos judíos de Sa-Nur y Jómesh.

Fuentes del dispositivo de seguridad informaban de que algunos de esos ultranacionalistas estaban armados con fusiles, otras armas ligeras y granadas de estruendo para resistir su desalojo, que comenzará hoy martes, según lo previsto por el Ejército.

Los portavoces del Consejo que agrupa a los asentamientos judíos de Gaza y Cisjordania, YESHA, acusaban a los mandos militares de "preparar a la opinión pública para la represión" de esos jóvenes radicales, en su mayoría hijos de los colonos veteranos.

Fuerzas militares y de la policía de fronteras arrestaron ayer al menos a cien de ellos, los llamados "jóvenes de las colinas", que levantaron decenas de pequeños ilegales en distintos puntos de Cisjordania, sin la autorización oficial.

Algunos activistas, encapuchados como los milicianos palestinos de la resistencia, efectuaron varios actos de sabotaje contra el Ejército antes de comenzar el desalojo de Jómesh y Sa-Nur, entre estos el incendio de un centro de comunicaciones del Ejército y el lanzamiento de una bomba incendiaria contra un jeep militar.

El ministro de Seguridad Interior, Guideón Ezra, responsable de las operaciones de la Policía Nacional, declaró que el grueso de los atrincherados no son parte de los residentes habituales de esos dos asentamientos.