La Xunta de Montes de Moaña inventó un día una romería particular donde hombres y mujeres cortarían leña por diversión y sin la intención de alimentar la lumbre. Evocador de un rudo "aizkolari" vasco, el certamen llamó a la participación de cualquier persona que pudiese ser capaz, o al menos quisiera intentarlo, de partir un tronco de eucalipto de setenta centímetros de diámetro a golpe de machado o con la fricción de un tronzador.

Este concurso, que tuvo lugar ayer en el Monte do Outeiro del Concello de Moaña, dividió a sus participantes en varias tandas, de modo que los leñadores compitieron entre sí y por separado de los que probaron suerte con las enormes sierras metálicas. Poco más tarde de las 11.30 horas, cuando comenzó la competición, el veterano del certamen empezaba a hacer mella en un enorme taco de eucalipto estabilizado con unos cantos de madera para facilitar el trabajo. Ramón, de 75 años y participante de las once ediciones anteriores de la Romaría do Leñador, finalizó su trabajo en poco más de quince minutos. El veterano "aizkolari" del barrio vigués de Coia explicó a los asistentes que el único motivo de ser fiel a la convocatoria de la Xunta de Montes de Moaña era porque "me encanta cómo me tratan aquí, yo tengo la única intención de participar y pasarlo bien". A pesar de que afirmó que se notaba más fatigado, bajó su propia marca de la pasada edición, que seguro querrá batir de nuevo el año próximo.

Después de disfrutar de la genial marca del vigués y de una competición entre dos parejas de tronzadores, dos jóvenes expertos en la materia, José Antonio y Damián, destrozaron un tronco en poco más de tres y siete minutos respectivamente.

El paisaje ayudaba a crear un ambiente de tiempos pasados en el entorno del Monte do Outeiro, que se volvió a convertir en centro de una iniciativa tan peculiar como inusual y a elevar el trabajo duro a la categoría de competición y espectáculo.