Maceda fue ayer un discurrir de señores feudales, caballeros, jinetes, cetreros, damas ataviadas con calurosas enaguas y tocados y hasta un torneo en el que se enfrentaron, blandiendo picas y a caballo (desconocemos si para dirimir ofensas al honor o pugna de territorio), los caballeros de Xunqueira contra los de Maceda.

De todo esto y mucho más disfrutaron ayer los vecinos y visitantes a la IX Festa Medieval, que tuvo lugar en el histórico entorno del castillo macedano. El desfile, con el variopinto elenco de personajes arriba reseñado partió a las 12.30 del centro de la villa y se dirigió al castillo.

Bajo la agradecida sombra de la "carballeira", se guarecían del sol los puestos artesanos, catorce en esta edición, con objetos de cristal, cuero ó cerámica entre otros, que reproducían en muchos casos algunas de las artes medievales.

"Creo que cada año la gente le pone más empeño y se trabaja con más profesionalidad", apuntaba Sara Carrera, titular de la Concejalía de Cultura desde la que se organiza una cita que goza de creciente acogida cada año.

Un condado con historia

Desde la mañana hasta bien entrada la noche, los visitantes siguieron las numerosas actuaciones juegos de habilidad, con aros y estacas y las actuaciones musicales, que se celebraron en el entorno de la "carballeira", con la silueta del castillo medieval al fondo, que inspira la fiesta y es signo de la historia de la comarca.

Porque el castillo y sus tierras fueron dados por Doña Teresa de Portugal como dote a su hija María Fernández, allá por el siglo XII, cuando ésta última se casó con Juan Ares, de Ribadavia.

Su linaje se asentó en el condado de Maceda hasta el siglo XVII con grandeza de España, aunque los condes vivieron, como es habitual, muy lejos de estas tierras.

Raciones a 7 euros en la Festa do Leitón

Y como ayer Maceda volvió al Medievo, respetó unos precios oficiales casi medievales y repartió platos de lechón a la brasa, a razón de 7 euros, precio que incluía el plato de cerámica en el que se servía, para llevarse a casa como recuerdo del atracón.

Fue en la Festa do Leitón, la segunda parte de esta doble cita festiva que ofrece la villa cada mes de agosto y en la que se degustaron 250 cochinillos a la brasa.

El apartado gastronómico se llevó a cabo una vez más con la ayuda de Coren, que facilitó la materia prima y recurrió a sus fogones, para dar abasto al voraz apetito de los comensales. Un apetito que han manteniendo intacto los gallegos, no ya desde el Medievo, sino desde su mismísimo de su estadio como hombres de las cavernas.

Explica el alcalde que esta fiesta se organizó en su momento como un homenaje al sector ganadero de Maceda, que ha sido un tradicional pilar de la economía de la comarca. De hecho las granjas avícolas, de ovino o porcino siguen teniendo pujanza en la comarca con especial relevancia económica.