La mejora y acondicionamiento de las riberas fluviales afectan también al río Miño, donde la concejalía de Infraestructuras espera que los trabajos de la margen derecha finalicen en el primer bimestre del próximo año. La intervención se centra ahora en el tramo comprendido entre el Puente Romano y el Puente Ribeiriño, donde se prevé la recuperación de 2,5 hectáreas de terreno, con la ejecución de una senda peatonal y el acondicionamiento de los terrenos restantes, dividiendo la superficie en dos zonas, una urbana y otra natural.

En las inmediaciones del Puente Romano el Concello de Ourense ha querido conservar un hórreo tradicional de gran tamaño que ha sido desmontado para las obras de destierre y explanación del terreno. Finalizados estos primeros trabajos, el hórreo ha sido reconstruido en su ubicación original como símbolo del pasado rural de esta zona del barrio de A Ponte. También avanzan las obras de ampliación del antiguo puente del ferrocarril en la rúa do Ribeiriño. El acondicionamiento de este tramo de la ribera contempla un paseo de carácter urbano y 150 metros de longitud que servirá de transición entre el Puente Romano y la zona más natural de la ribera.

El área verde recorrerá 420 metros antes de llegar al Puente Ribeiriño. Aquí se prevé la plantación de más de 300 unidades de especies arbóreas y autóctonas de ribera, que se esparcirán en un espacio de 20.000 metros cuadrados. Se habilitará también una red de caminos y se iluminará todo el espacio con seis comunas de luz de 10 metros de altura.

Este proyecto tiene un presupuesto de 3,38 millones de euros con cargo al Concello de Ourense y la Confederación Hidrográfica del Norte, que se reparten la inversión en un 30 y un 70%, respectivamente. El proyecto global es de 8,2 millones de euros y abarca el acondicionamiento de todo el entorno del río Miño en su tramo urbano.

Las obras actuales dan continuidad a la mejora del tramo comprendido entre los puentes Nuevo y Romano y son un eslabón más del circuito peatonal que el concello proyecta para las riberas del Miño cruzando el río en Velle y Outariz, donde se ultima la construcción de una pasarela peatonal de 200 metros.