Una incorrecta evaluación de los riesgos a los que estaba sometido el Monteagudo Primero causó el embarrancamiento y posterior naufragio del pesquero en Estaca de Bares el 12 de enero del año pasado, según la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim). El texto recoge que el lugar al que se dirigía el barco era "peligroso, cercano a bajíos y rompientes" y además estaba próximo a la costa con una mar "confusa", por lo que cualquier problema de motor o el despiste podrían haber puesto a la nave en "situación de grave riesgo", como ocurrió. Los dos tripulantes pudieron saltar a la balsa salvavidas.

Los marineros regresaban de madrugada a recoger el palangrillo que habían calado la tarde del día anterior y comprobaron que la boya que indicaba el lugar donde estaba el aparejo se había desplazado hacia el interior, por lo que se acercaron. A 40 metros de tierra, el barco golpeó "contra un bajo", lo que le causó una vía de agua que la tripulación fue incapaz de achicar. Según el informe, los marineros dieron la voz de alarma y saltaron "con el tiempo justo" a la balsa.