Navidades y Semana Santa son dos fechas que están marcadas en rojo en el calendario del Servizo de Gardacostas de Galicia. Son varios días en los que se nota un incremento notable en la extracción y, sobre todo, el comercio ilegal de marisco en la comunidad. Por este motivo la conselleira de Mar, Rosa Quintana, anunció ayer que se van a intensificar las labores de vigilancia contra el furtivismo en aquellas zonas de mayor incidencia. Esto quiere decir que Gardacostas centrará sus esfuerzos tanto en los controles de carretera como en los establecimientos que venden productos pesqueros, ya sean comercios o restaurantes.

La medida fue presentada por Quintana durante una visita ayer a la unidad operativa del Servizo de Gardacostas en Ribeira y desde la Federación de Hostelería de Pontevedra (Feprohos) la han recibido como una "buena noticia". Su presidente, César Ballesteros, explicó que el furtivismo es una práctica "que debe ser erradicada" y que los hosteleros "deben tener una igualdad de condiciones". "Por desgracia es algo que todavía ocurre, pero también es cierto que se dan caso de engaños, con documentaciones falsas", apuntó.

A través de una actuación conjunta y coordinada con Comercio y con la Axencia Galega de Turismo, la actuación de Gardacostas busca detectar sobre todo incumplimientos en la trazabilidad o falsificaciones de documentos. "Estos controles son bien recibidos por el sector, pero es cierto que deberían centrar las inspecciones en aquellos establecimientos que todo el mundo sabe que no hacen las cosas bien", recalcó César Ballesteros.

Hasta marzo el Servizo de Gardacostas decomisó unos 5.500 kilos de pescado y marisco, de los que la mayoría corresponden a la operación destapada en las últimas semanas y llevada a cabo contra la trama lusa que introducía almeja japónica ilegal en España. Las casi 1.700 inspecciones en los dos primeros meses del año también dieron como resultado la incautación de 1.150 aparejos de pesca.