El puerto del Berbés debería ser por estas fechas un hervidero de actividad gracias a la flota del cerco. Los primeros días de marzo llevaban ya tres años significando el inicio de la campaña de sardina, una de las principales especies que capturan los buques, especialmente en esta época del año, y que suponía la vuelta al trabajo tras el parón desde Navidad. En cambio, los armadores de la Ría de Vigo aprovechan estos días para realizar las últimas reparaciones mientras miran sus teléfonos móviles con cierto enfado: no paran de recibir las fotografías que sus compañeros del norte hacen a los sónares de los barcos, en los que se aprecian grandes bancos de sardina. "El mar está lleno de la especie", lamentan. Sin embargo, a ellos les toca rezar para que cuando decidan salir al mar encuentren algo de jurel y no lo hagan perdiendo dinero.

El acuerdo para la gestión de la sardina al que llegó España con Portugal a final del año pasado por la delicada situación alertada por los científicos incluye que la campaña comience el próximo 1 de mayo en lugar del 1 de marzo. Pese a que falta el visto bueno de la Comisión Europea al plan, ambos países lo dan por hecho y cuentan con que el tope sea de 14.600 toneladas para ambas flotas. "Esto quiere decir que vamos a tener que incidir en otras especies, pero eso si las hay", explica el portavoz de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga), Andrés García.

Y es que el sector se ve cercado con las pocas posibilidades de pesca de las que dispone. La caballa todavía no está por la costa gallega y la cuota de anchoa en la zona IXa (la que va de Fisterra al Golfo de Cádiz) es tan solo de 68,1 toneladas para toda la flota gallega, al tener solo el 1,14% del cupo. "A ver si aparece algún jurel", apunta el armador redondelano Ángel Bouzón. El chincho, como se conoce en el sur de la comunidad, es la única especie para la que disponen una cuota suficiente para pescar algo estas fechas. Sin embargo, con algo más de 15.000 toneladas para todo el cerco del Cantábrico Noroeste el sector teme agotar rápido el cupo y que no quede suficiente para todo el año.

En tierra

"Si estuviera la campaña de la sardina abierta esto sería otra cosa, porque ya estaríamos en el mar". El que habla así es Joaquín Iglesias. A sus 59 años, el armador del Ostra Segundo está en tierra junto a la mayoría de sus compañeros y apunta que la sardina es la especie típica que cogerían en esta época del año. "Pescabas a lo mejor unas 50 cajas y con algo de sargo ya arreglabas el día", comenta. Para él, como para el resto, la especie significaba una "defensa" para estos días. "No tenerla nos revienta", reconoce.

Ángel Bouzón, del Mi Nombre Cinco, comenta que la falta de la especie significa un "fracaso" para sus resultados a final de año. "Es algo que afecta muchísimo. Otros años porque había también algo de cabalón, pero si falla?", añade. En su caso, las imágenes que les llegan del norte son de entre Corrubedo y la ría de Muros-Noia. "Solo hay eso. No tiene lógica que no podamos pescarla", sostiene.

José Manuel Saavedra, por su parte, opina que "la situación es crítica" para el sector porque cuando salgan a pescar lo harán "todos a lo mismo". "Nosotros sabemos que sardina hay y la poca anchoa que hay es pequeña. Es difícil hacer dinero estos días", comenta el armador del Colomba Tercero.

Roberto Crespo, armador del Novo Baloeiro, explica que ahora mismo para el cerco "todo son problemas" y recuerda que si no encuentran chinchos cuando levanten amarras "no habrá nada que hacer". Y a ello, además, suman el tema de las ayudas por parada: "¿Por qué los portugueses están cobrando ayudas por parada y nosotros nada? No es normal".

El portavoz de Acerga tiene la respuesta: "Porque había que demostrar que la pesca de sardina supone un 20% de la facturación del barco. Y con la poca que se puede pescar es imposible". Andrés García, como responsable de la asociación mayoritaria del sector (con 92 de los 150 barcos) y en la que está incluida el cerco de la Ría de Vigo, pidió al Gobierno unas ayudas similares a las de la flota lusa, pero se encontraron con esta dificultad. "Es un handicap que tenemos en contra porque allí la cobran todos", comenta. Y añade: "En el caso de aceptar lo que planteaba Madrid sería que unos tuvieran subvenciones y otros no. Para aún por encima esperar un año para cobrarlas".

La fecha de inicio

Pese a que el 1 de marzo significaba el inicio de la campaña de sardina, en Galicia no todos los armadores esperan a esta fecha para comenzar a faenar. "Es algo que hacen más los de abajo", comenta García en relación a la flota del sur de la comunidad. Los armadores del norte llevan ya algunas semanas pescando lo que pueden y cuando pueden, debido al tiempo.

Precisamente ese último factor es el que también está en contra de los cerqueros vigueses. La mayoría de la flota tenía previsto comenzar a faenar mañana, pero han alargado la parada una semana más. "Al no haber sardina, ¿qué importa un poco más? Ganas de ir no hay", indica Saavedra.

El presidente del cerco de la ría (integrado en la Cooperativa de Armadores de Vigo, ARVI), Antonio González, es armador junto a sus hijos de uno de los pocos barcos que sí han estado faenando por esta zona desde el inicio de año. Es precisamente esta semana cuando el Isabel y Jorge 2 ha hecho un alto, que se alargará más de un mes. "Somos de los que nos compensa salir y nos pudimos defender un poco", explica. Tal y como explicó a FARO el pasado jueves, González recuerda, como García, que cuando la flota esté al 100% operativa "van a salir todos a por lo mismo y de esta forma se agotará la cuota de jurel".

Con estos mimbres, la flota está mentalizada de que este es un año para intentar sobrevivir. "Solo queremos que nos dejen trabajar un poco", recuerda Joaquín Iglesias. Trabajar y, de paso, que sirva para obtener beneficios. Lo que no quieren es faenar para gastar combustible.