Marruecos se ha convertido en los últimos años en uno de los principales proveedores de capturas pelágicas de la Unión Europea, principalmente por el descenso de las posibilidades de pesca en aguas comunitarias y por el desarrollo de puertos como el Dakhla, al sur del país. Allí se descargan casi la mitad de las capturas totales de toda la flota marroquí, que en el caso de jurel, caballa y sardina supera en casi 20 veces la cuota de la que dispone el cerco español. Con 1.200 millones de toneladas de cupo, los buques del país africano pescan para la industria de su país y también para el mercado mundial. Entre los destinos, España es uno de los que más solicita estas especies a causa de la falta de materia prima, vital para la industria transformadora gallega.

En el caso de la flota con puerto base en Galicia, la cuota para estas tres especies se sitúa en casi 70.000 toneladas este año tras el reparto previsto por Madrid, que incluye el recorte de un 20% de caballa, la reducción del tope para sardina que se dejará en 14.600 toneladas (compartido con Portugal y pendiente de la aprobación desde Bruselas en un par de semanas, según el Ministerio de Pesca) y la bajada general en el cupo de jurel de un 14,8% en la zona VIIIc (de Fisterra al País Vasco) y un 20,2% en la IXa (de Fisterra al Golfo de Cádiz), dejando 28.708 toneladas.

Ayer, en Dakhla, FARO participó en una delegación española que visita el polígono industrial de la región. En total, en sector pesquero genera una mano de obra directa e indirecta de unas 40.000 personas, que trabajan también en las 76 empresas relacionadas con esta industria entre transformadoras, acuícolas o de congelación.

Una de ellas es el grupo King Pelagique. Su responsable, Mohamed Zebdi, explicaba ayer que el 12% de sus ventas son para el mercado español, situándose en tercera posición en el terreno del congelado y en quinta en el de la conserva. "Las exportaciones a Europa representan un 33% de nuestra producción", comentó en la visita a una de las seis fábricas que posee. En ella elaboran tanto caballa como sardina, que con el sello de origen marroquí llega a empresas gallegas. "Trabajamos para marcas como Ribeira o Vigilante", indicaba Zebdi, refiriéndose a las conservas de firmas gallegas como Frinsa o Conservas Valcárcel. En la factoría, Zebdi tenía ya preparadas latas para países como Bélgica o Siria.

King Pelagique cuenta con tres congeladores y da empleo a 1.400 empleados. Reda Chami, director general de la planta, explica que solo ellos elaboran unas 60.000 toneladas anuales de sardina y caballa, una cifra que es el más del doble de la cuota que tiene España para estas dos especies.

Otra de las empresas del polígono industrial de Daklha es Atuneros del Sur. Con capital 100% marroquí (pese al nombre), la empresa nació en 2012 y también trabaja con especies pelágicas. Senlali Mohamed es el responsable de la planta y explica que uno de sus principales clientes es la cadena de supermercados Mercadona. Con 10.000 metros cuadrados y 500 trabajadores, produce unas 400 toneladas al día.

La región de Dakhla, situada en el Sáhara Occidental, vive casi enteramente del sector pesquero. Debido a ello, sus habitantes y mandatarios están más pendientes que nunca del acuerdo pesquero con la Unión Europea. Con una contrapartida económica de 40 millones de euros (10 de ellos aportados por los armadores comunitarios), expira el próximo 14 de julio y en este momento está entredicho por parte de la justicia europea.

Precisamente el pasado miércoles los ministros del Consejo Europeo aprobaron el mandato para que la Comisión inicie la negociación del pacto con el país africano. Para ello, se ha convocado una reunión el próximo día 20 en Bruselas, en el que también estará presente el sector. No en vano, hasta cinco arrastreros gallegos (de Marín) participan a lo largo de diferentes meses del año en el acuerdo capturando especies demersales. Estos buques, además, son los únicos españoles que usan el puerto de Dakhla, pertenecientes a la flota de Anacef.