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Un bosque submarino de pinos para criar chocos

Pescadores de Redondela sumergen 50 pinos para atraer al cefalópodo y aumentar las capturas

Pescadores lanzan al mar los pinos con San Simón al fondo. // Ricardo Grobas

La pesca del choco ( Sepia officinalis) está fuertemente arraigada a Redondela, localidad en la que se celebra una popular fiesta gastronómica -en mayo- con la que se exalta el consumo de la especie y que cumplirá este año su edición número 32. Los pescadores de la zona tienen al cefalópodo en el punto de mira, bien sea con el uso de trasmallos -opción mayoritaria- o de nasas. Sin embargo, sus capturas son "imprevisibles", con variaciones que por ejemplo en la lonja redondelana han dejado descargas que van desde las 13,8 toneladas hasta las 50 en los últimos ocho años. Por este motivo, marineros de la ría -principalmente de la Vila dos Viadutos- han apostado por la innovación de un arte tradicional creando un "bosque artificial" frente a la isla de San Simón formado por 50 pinos, con la intención de enamorar al choco de la ría.

Ayer por la mañana un grupo de estos pescadores se desplazaron al monte de la parroquia de Cabeiro, al sur de la localidad, para recolectar los pinos. "Elegimos los que no eran muy grandes", comenta Clemente Bastos, patrón mayor de la cofradía de Redondela, que participó activamente en la creación del "bosque". Una vez cargados, fueron transportados a la lonja de Cesantes. Detrás del edificio se procedió a preparar los pinos, quitando las partes sobrantes e introduciéndolas en un sistema ideado por los propios pescadores. "Se nos ocurrió un día tomando algo cuando estábamos hablando sobre el tema", comenta Bastos.

Tradicionalmente la captura de cefalópodo comenzaba con la colocación de unas ramas atadas y tiradas al fondo marino o con la introducción de las mismas en las nasas. "Pero este sistema es la primera vez que se utiliza, haciendo que queden de pie en el fondo", explica el patrón mayor. En un peso colocado en un neumático introducen un tubo de metal que queda rector y en el que se coloca el pino, atornillado desde fuera. A ello unen una boya para que se puedan recoger al final de la campaña e ir controlando también el estado de los árboles durante la pesca.

Ya por la tarde, los pescadores quedaron en torno a las 16.30 horas para cargar los pinos en el bateeiro Real Madrid Uno y dirigirse a la zona situada frente a San Simón. Con ellos cubrirán un área de 6.000 metros cuadrados. "Tenemos una zona determinada que funcionará como vivero. Queremos que aniden aquí, que funcione como una zona de abrigo tanto para el choco como otras especies", comenta Bastos.

¿Qué conseguirán con ello? El choco usará los pinos como zona de refugio y de desove. La resina de las hojas hará que las huevas se queden pegadas y eso será aprovechado por los pescadores en el futuro. "Es como hacerles un adosado", explica entre risas el redondelano.

Bastos resalta que trabajaron "tres años para volver a usarlos pinos", porque desde la Xunta les prohibían cortar los pinos para lanzarlos al mar pese a que era algo tradicional e inofensivo para el medio ambiente. Ahora han llamado la atención de los científicos, "que ya se han interesado para ver cómo funciona" y según Bastos se sumergirán para observar a los chocos en la zona.

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La campaña comenzará el próximo 29 de enero y en ella está previsto que participen entre 50 y 60 embarcaciones, siendo la mitad del pósito redondelano. Hasta el 30 de junio intentarán al menos reeditar las 29,6 toneladas de capturas, que reportaron 228.000 euros al pósito, según los datos de la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, dependiente de la Consellería do Mar. En el conjunto de la comunidad la pesca de choco reportó 3,3 millones de euros gracias a las ventas de las 464 toneladas vendidas. El precio máximo que alcanza la especie estuvo

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