La Guardia Civil decomisó ayer en Sada (A Coruña) siete toneladas de sardina, cuya captura está prohibida tras agotarse la cuota asignada por España y Portugal para este año en aguas ibéricas. Agentes del Servicio Marítimo del Instituto Armado vieron que las cajas eran descargadas a gran velocidad y comprobaron su contenido, mientras que observaron también actividad irregular de un segundo buque, cuya estabilidad quedó comprometida por el peso.

El primero fue denunciado por realizar pesca extractiva de especies cuya captura se encuentra prohibida, no enviar notificaciones de fin de la actividad pesquera, entrada a puerto, descarga de capturas y salida de puerto y, además, por descargar directamente en un camión con matrícula portuguesa sin realizar el pesaje previo. El segundo pesquero fue denunciado por la descarga directa y la empresa encargada de recibir las capturas, por la expedición y presentación de documentación falsificada al amparar el transporte del pescado, pues el origen escrito era el puerto de Ondarroa (Vizcaya) y el destino era Matosinhos (Portugal).