La Comisión Europea hizo ayer pública su propuesta de las posibilidades de pesca para el próximo año y el sector gallego vuelve a salir mal parado. Como ya sucedió el año pasado, la flota que faena en aguas ibéricas y en Gran Sol se vería fuertemente afectada si la idea de Bruselas sale adelante en la reunión con los ministros de Pesca los días 11 y 12 de diciembre. Y es que el Ejecutivo comunitario supera las previsiones de los científicos y propone recortes más severos en las principales especies de la flota, siendo el cupo de merluza el más afectado con una bajada de hasta un 19% en Gran Sol y un 30% en el Cantábrico Noroeste.

Con la obligación de llevar todas las capturas a puerto a la vuelta de la esquina -la norma de descartes entra en vigor para todas las flotas el 1 de enero de 2019- y teniendo en cuenta el reparto de las posibilidades de pesca en base al criterio de estabilidad relativa -que desde hace más de 30 años relega a España a las últimas posiciones- la flota se enfrenta a una escenario "muy negativo", como explica el gerente de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), José Antonio Suárez-Llanos.

"Todo lo que supere el 15% de reducción no es aceptable por el componente socioeconómico", comenta el responsable de los armadores olívicos. Una opinión que comparte también su homólogo en Marín, Juan Martín Fragueiro, que considera la propuesta de Bruselas "una barbaridad". "Seguimos sin entender algunas propuestas, como cuando la recomendación de los científicos hablaba de una cuota superior", añade.

Esto último es lo que sucede, sin ir más lejos, con la merluza. Según el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés), el total admisible de captura (TAC) de esta especie en Gran Sol tendría que bajar un 4% como mucho, y sin embargo Bruselas propone un tijeretazo del 19%. Mientras, en el caso de aguas ibéricas los datos de los investigadores apuntaban a un recorte del 18,6% y la Comisión lo ha llevado hasta un 30%. "Nos oponemos a unas bajadas así", explica Suárez-Llanos.

En el caso del gallo, una especie vital para la flota rapantera viguesa, desde el ICES se recomendaba una bajada del 2% para el próximo año en Gran Sol y, sin embargo, el Ejecutivo comunitario aspira a un recorte del 10%. Por contra, en aguas españolas se daría una subida del 20% frente al 20,7% propuesto por los científicos.

El futuro del rape es también mirado con lupa por el sector. En este caso el ICES planteaba un escenario más duro, con un recorte del 44,4% de la cuota, mientras que la Comisión lo sitúa en un 2%. En Gran Sol, por su parte, el descenso sería de un 12%.

Otra especie de vital importancia para España como es el jurel en aguas del litoral español se da un subida en la zona del Cantábrico (+21%) y una bajada en costa atlántica (-24%). Unido al recorte en la anchoa al sur de Fisterra de un 43% y a la bajada ya acordada de un 20% en la caballa -y con el futuro de la sardina en el aire-, la flota cerquera gallega (con casi 150 unidades) ve peligrar seriamente su futuro.

De confirmarse las rebajas estimadas por la Comisión Europea en las negociaciones dentro de poco más de un mes, la flota gallega volvería a verse seriamente perjudicada por un sistema que no hace justicia a su capacidad. Pese a contar con una mayor capacidad en la UE (380.000 GT, gross tonnage, el 23,6% del total) es una de las menos rentables de Europa al generar un valor añadido bruto de 37.000 euros por cada trabajador a tiempo completo, tal y como publicó FARO el pasado mes de septiembre.

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