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Galicia ve la sardina pasar de largo

España intenta esquivar el veto recomendado por los científicos a la pesca de la especie ante su delicada situación - Mientras, los pescadores tuvieron que tirar ayer miles de kilos al mar

Los barcos tiran de jurel de pequeño tamaño | Los cerqueros del puerto de Vigo regresaron ayer a puerto con una pobre balance. Pese a las capturas no fueron pocas, el valor que alcanzan al llegar a tierra no satisface a los armadores. "Lo poco que nos dejan coger no vale para nada", decía ayer Ángel Cabaleiro mientras observaba las cajas amontonadas en su barco, el Novo Ameixa, con chincho -jurel de pequeño tamaño-y los restos de la invasión de cabalón, que ya está dejando la costa gallega.

Los cerqueros salieron en la tarde-noche del martes a faenar. La mayoría de sus tripulaciones lo hicieron sin saber a esas horas la propuesta de España y Portugal para establecer un tope de sardina para el próximo año, que esperan sea de un mínimo de 13.500 toneladas. Ayer por la mañana muchos de ellos ya habían leído la prensa y no podían hacer otra cosa más que indignarse. "Está el mar lleno de sardina, tuvimos que devolverlo todo al mar porque no había otra cosa en el aparejo", explicaba uno de los armadores de un buque vigués. La situación que viven día a día y la propuesta de los gobiernos de ambos países contrastan con la recomendación científica, que apuesta por un veto para 2018. "Deberían venir con nosotros a bordo y ver la realidad". La realidad de un mar repleto de la especie frente a la alerta del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES), que apuntan a cortar la pesca de sardina de raíz.

Los cerqueros acogieron bien la propuesta de los dos países que deciden cada año cuánta sardina se puede pescar a ambos lados de la frontera. Un límite de 15.000 toneladas -como máximo- supondría una reducción del 11,7% frente a las 17.000 de este año. "Es mejor que tener cero", decía Andrés García, portavoz de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga).

Ayer, con la salida de la invasión de cabalón -o xarda pintada, una especie que aleja a las demás- de la costa gallega, la sardina volvió a hacer acto de presencia en Galicia. "Pero no solo aquí, también en Portugal y en el Golfo de Cádiz", indica García. Sin embargo, la pesquería está cerrada para el cerco y el xeito (una pesca artesanal) desde el pasado 9 de octubre. "Hay mucha pero no se puede coger", comentaban tanto José Manuel Saavedra como Ángel Bouzón, de los barcos vigueses Colomba Tercero y Mi Nombre Cinco, respectivamente.

Por otro lado, la Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras (Faape) reclama una gestión independiente para el Golfo de Cádiz. Conscientes de la abundancia de la especie en sus aguas, apoyan la postura de España y Portugal y reclaman esta diferenciación para contar "con estudios científicos específicos de este caladero" y "una mejor organización".

Esta diferenciación ya la pidió el cerco gallego para otras especies como la anchoa, dada la escasa cuota de la que disponen de Fisterra al sur, del 1,14% del total. Una más de las capturas por las que luchan, como lo es la caballa o el jurel. A día de hoy, dejan pasar las capturas con el mar lleno de pescado.

Portugal busca una solución drástica

  • El Gobierno de Portugal no está dispuesto a que sus pescadores se queden sin sardina en los próximos años, una de las especies más importantes en el aspecto socio-económico. De ahí que la ministra de Mar, Ana Paula Vitorino, esté buscando todo tipo de soluciones. Si en un primer momento apostaron por encargar al Instituto Português do Mar e da Atmosfera una repoblación de la especie, ahora están estudiando implantar una veda en las aguas en el centro y norte del país. La medida será analizada hoy en una reunión con autoridades españolas, según confirmaron a Efe fuentes del Ministerio del Mar luso. La idea es prohibir la pesca de sardina en dos zonas que son consideradas de especial importancia para la reproducción de la especie. A esta medida y la de la repoblación, Portugal -como España- propone reducir las cuotas de pesca para el conjunto de ambos países hasta quedar entre las 13.500 y 14.000 toneladas al año. Esto provocaría, como anunció el Ministerio de Agricultura y Pesca español, que la biomasa podría recuperarse un 5% mientras se mantiene la pesca. Falta por saber cuál es la opinión de la Comisión Europea sobre esta propuesta, que se espera que llegue en las próximas semanas.

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