La peor tormenta en más de 50 años en Irlanda, según la descripción del periódico The Irish Times, está alarmando a la flota gallega en el caladero de Gran Sol, al oeste de las Islas Británicas, y también en el litoral de la comunidad. Según el capitán del barco Cantábrico Tres, el buenense Carlos Pouseu, los pescadores están viendo con temor este fenómeno. "Normalmente, un temporal aquí alcanza entre 40 y 50 nudos de viento pero este (la tormenta tropical Ofelia) viene con 70-80 nudos. Es mucha diferencia".

Como consecuencia, este capitán ha decidido adelantar su regreso a Galicia dos días respecto a lo previsto con el fin de ponerse a salvo. Para ello, tomarán una ruta diferente bordeando la cola del huracán por el este. Otros compañeros, según señaló Pouseu, han optado por atracar en puerto.

Otro armador con dos embarcaciones consultado por este periódico informa que "con estas previsiones" lo normal es que la flota "regrese a puerto lo antes posible". "No es la primera vez que en una situación así tienen que regresar", comenta.

Arrastreros gallegos como el Baqueiro o el Manuel Laura se encuentran en estos momentos al sur de Irlanda, país en el que muchas de las embarcaciones intentarán buscar refugio en puertos como el de Castletownbere o, de forma más excepcional, en el de Milford Haven, Reino Unido.

Del mismo modo, aquellos que ya se encuentran con la bodega llena (o casi) "posiblemente" apuesten por "adelantar su regreso". El arrastrero Skellig Light II, por ejemplo, tiene previsto descargar mañana, según la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), pero ya se encuentra ahora mismo en el puerto de la ciudad olívica.

Por el contrario, la flota continúa en el Cantábrico, más resguardado de los efectos del huracán. Allí, los barcos pelágicos franceses continúan en el límite de las aguas nacionales capturando bonito, pese a las continuas quejas del sector gallego.