La Comisión Europea reconoció ayer que la situación de los caladeros del Atlántico progresa -a diferencia del Mediterráneo- por su mejor gestión, hasta el punto de que la biomasa en aguas atlánticas ha aumentado un 35% desde el año 2003. Este dato lo aportó el comisario de Asuntos Marítimos, Pesca y Medio Ambiente, Karmenu Vella, en un seminario en Madrid sobre la situación de la pesca en la UE, y puso como ejemplo de buena evolución la merluza del norte -la especie con mayor interés comercial para la flota española de las que se pescan en aguas comunitarias-, que está "en niveles que no se veían desde los años 70". Una apreciación que coincide con las realizadas en los últimos años por la flota gallega de Gran Sol, que indicó insistentemente en que era "evidente" la recuperación de la especie. Otra muestra de estos avances, indicó el comisario, es que el bacalao del norte "ha vuelto a los supermercados".

Vella destacó que ciertas decisiones "dolorosas" para la flota han dado buenos resultados en el Atlántico como consecuencia de una gestión "más responsable". De hecho, el 59% de las especies de aguas del norte (Atlántico) fueron explotadas dentro del conocido como rendimiento máximo sostenible (RMS), el nivel máximo de capturas que permite la continuidad de la pesca a largo plazo.

En cuanto a aguas ibéricas (del golfo de Cádiz al golfo de Vizcaya), el representante del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM), Eskild Kirkegaard, admitió también progresos en la merluza del sur, pero matizó que su mortalidad sigue aún por encima de lo que se consideraría Rendimiento Máximo Sostenible (RMS).

Los científicos alertan de que en los caladeros ibéricos el mayor problema está en la sardina, "con un incremento de la mortalidad".