Otto Wöhler cumple en septiembre 30 meses el frente del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep), que el pasado viernes recibió la entrega del buque oceanográfico Víctor Angelescu, de 52,8 metros de eslora, a cargo del astillero Armón Vigo, aunque su trayectoria en el organismo abarca ya más de tres décadas. Este bagaje en el Inidep lo encumbra como uno de los mayores expertos en la situación por la que atraviesan las pesquerías, y en concreto las especies que se mueven por las aguas argentinas. Wöhler desengrana para FARO las perspectivas que maneja de cara al futuro.
-Las descargas de langostino en los puertos argentinos siguen al alza y en el primer semestre se alcanzó un nuevo máximo histórico. ¿Tiene visos de continuar esta tendencia?
-Es una cuestión difícil de predecir. Llevamos cinco años consecutivos de récord de capturas y este no se produce tanto por un aumento del esfuerzo por parte de las embarcaciones pesqueras como por la abundancia de la especie. Este aspecto es lo verdaderamente bueno de esta tendencia. Estamos muy contentos con esta situación, aunque también un poco temerosos con lo que pueda pasar. Estamos hablando de un recurso que, para términos pesqueros, es casi anual, con lo cual es muy fácil que tenga fluctuaciones naturales que provoquen que esta abundancia de la que estamos hablando, de pronto, decaiga. Mientras esto no suceda y todo continúe bien estamos muy contentos con esta situación.
-¿Existe algún factor detrás del florecimiento de esta especie en aguas argentinas?
-Se han tomado muchas medidas desde el punto de vista del gobierno pesquero que han facilitado este enorme crecimiento de la abundancia de langostinos. Se han mejorado las zonas de crías, existen cierres temporales de zonas. Es algo que ha facilitado este aumento tan notorio de la abundancia. También sabemos que la naturaleza fluctúa y que nada dura para siempre.
-El auge del langostino se produce al mismo tiempo que las capturas de cefalópodos registran fuertes descensos. ¿Existe alguna relación entre ambas?
-No la hemos encontrado desde el punto de vista de la investigación científica. Es difícil pensar en eso porque son zonas que prácticamente se sobreponen, con lo cual es difícil que realmente exista esta relación con los cefalópodos. Estas variaciones en las capturas se deben más bien a fluctuaciones naturales. Hace tres años tuvimos un récord histórico de desembarcos en puerto de calamares en el atlántico sudoccidental, con más de 80.000 toneladas, y después decayó. El calamar nos tiene acostumbrados a esta situación de fluctuación a lo largo de los años.
-Además parece que las descargas de calamar se recuperan de nuevo tras venir de varios años de descensos, ¿no?
-Repuntó este año un poco, pero todavía se encuentra en unos niveles que consideramos bajos. Es una cuestión compleja, porque también depende del esfuerzo que ponga en la pesca de este especie la flota argentina, pero también existe otro tipo de flota que pesca más allá de las 200 millas. Esta flota representa tres veces la flota de barcos que tiene Argentina. Ahí sí hay abundancia.
-Habla del limbo legal que rodea a la milla 201 (a partir de la cual se traspasa la frontera de las aguas territoriales del país). ¿Existe alguna iniciativa en Argentina para tratar de poner algo de orden en este sentido?
-Hoy por hoy no hay ninguna medida de regulación, pero se están estudiando en Argentina alguna manera de tratar de asegurar la sostenibilidad de la pesca en especies de una relevancia tan grande como es el caso del calamar. Se están estudiando las posibilidades de establecer algún tipo de medidas que ordenan la pesca en este sector.
-¿Podría especificar cuáles son estas medidas que se están preparando?
-De momento se encuentran en fase de estudio, por lo que me resulta imposible poder adelantar algo. Por el momento se encuentran en una etapa de brainstorming todavía. Lo que está claro es que es necesario llevar a cabo medidas porque la pesca indiscriminada afecta a la sostenibilidad de las especies y eso hay que arreglarlo.
-¿Qué valoración hace del polémico polo pesquero que está creando China en un país vecino como es el caso de Uruguay?
-Por mi trabajo en un instituto de investigación pesquera no es un tema en el que esté lo suficientemente especializado como para emitir opiniones al respecto. Sí es cierto que se ha hablado de pesca ilegal en ciudades del atlántico sudoccidental, pero hoy por hoy la pesca en la milla 200 no es una pesca ilegal y eso es algo que hay que aclararlo. No obstante, sí entendemos que existen algunas prácticas pesqueras que podrían considerarse como excesivas desde el punto de vista de sostenibilidad de las especies pesqueras.
