A principios de semana cerró el polígono mejillonero Bueu A1 y al finalizar la semana el cierre se extendió a las otras dos zonas de producción situadas en aguas de Bueu: el Bueu A2 y el Bueu B. En todos los casos el motivo del cierre es el mismo: la presencia de toxina PSP o paralizante. Esta situación afecta a cerca de 150 viveros flotantes que, de momento, son los únicos en toda Galicia afectados por este cierre decretado por el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intecmar).

De manera casi excepcional la toxina dio un respiro desde principios de junio, algo muy poco habitual durante los últimos años. Eso ha permitido que la mayoría de los bateeiros hayan podido trabajar con normalidad durante prácticamente dos meses y colocar la mayoría de la producción. "Casi todo lo que queda ahora en las cuerdas es de cara a la campaña de navidad", explicaban algunos mejilloneros esta semana. Además, durante este periodo el molusco ha recuperado "carne" puesto que después del periodo de desove, en primavera, estaba "muy flaco y escaso de vianda, era casi todo concha", ilustran los profesionales.

El primero de los cierres decretados por el Intecmar se hizo efectivo el lunes, con la orden de cierre del poligono Bueu A1, que es el que está mas cerca del entorno entre Portomaior y Lapamán. En la tarde del viernes llegaron las órdenes para cerrar el Bueu A2, que es situado entre Agrelo y Portomaior, y el Bueu B, que es el más pequeño y que está delante de Beluso. Lo curioso, tal como reconocen los afectados, es que estos cierres llegan después de que durante semanas se mantuviese el agua del mar caliente y sin apenas vientos. "De repente entran las nortadas y se enfría el agua, que habitualmente es algo bueno, y reaparece la toxina", apuntan.

En Aldán los dos polígonos bateeiros están abiertos, pero dentro de la escala de valores que utiliza el Intecmar están en nivel B3, esto es, a un paso del cierre. En la ría de Vigo la situación es mucho más estable.