La pesca china en los caladeros del oeste africano se incrementó exponencialmente en los últimos años a consecuencia del colapso de los mares que rodean al gigante asiático. La expansión de esta flota ha ido comiendo terreno desde los años 90 a los buques españoles en caladeros como los de Angola, Marruecos o Mauritania, dándole la vuelta a las cifras de capturas de la flota principalmente gallega. La fuerte inversión llegada desde el otro extremo del mundo hizo que los barcos españoles tuvieran que retirarse, a lo que no ayudaron los tímidos movimientos en la zona desde la Unión Europea. Un caso que los arrastreros gallegos están sufriendo claramente en los últimos meses en aguas de Guinea-Bisáu. Y es que el Gobierno chino ha vuelto a anunciar una fuerte inversión en el país mientras los cefalopoderos ya han empezado a abandonar el caladero ante la inexistente expectativa de una renovación del acuerdo pesquero antes de que expire el próximo 23 de noviembre.

Tras el anuncio de Fujian Shiahai de invertir 50 millones en un complejo pesquero en la ciudad de Prabis (a 18 kilómetros de Bisáu, la capital), el embajador chino en el país, Jin Hongjun, anunció una donación de 26 millones de dólares (unos 22 millones de euros al cambio actual) para financiar la construcción de un puerto pesquero en Alto Bandim, en la capital. Según citaron medios locales, el acuerdo incluye la construcción de un pontón junto a la rampa ya existente, la pavimentación y construcción de zanjas de drenaje, un tanque de agua con una capacidad de 1.000 metros cúbicos y residuos de limpieza. Las obras durarán dos años.

El diplomático chino Jin Hongjun indicó que el acuerdo es un "paso importante" en el proyecto de desarrollo del sector pesquero de Guinea-Bisáu. "Con la finalización de este proyecto, los pescadores ahora tienen mejores infraestructuras para llevar a cabo sus actividades", explicó Jin Hongjun. El sector gallego ya había dicho en su día que el país carecía de infraestructuras para poder operar allí. De hecho, era una de las exigencias que el Gobierno de Guinea-Bisáu tenía para renovar el acuerdo firmado con la UE, que se sumó al pago de un canon por tonelada pescada en lugar de por las Toneladas de Registro Bruto del barco (TRB) y a una mayor contrapartida por parte de UE, con la intención de asemejar su acuerdo al que tiene Mauritania. El sector lo tienen claro: prefieren no pescar allí que aceptar estas condiciones.

Éxodo

Junto a la desaparición de buena parte de la pesca (el jurel ha desaparecido) a estas alturas, estos escollos han provocado que los 15 cefalopoderos gallegos -así como otros buques, como marisqueros de Huelva o atuneros- hayan optado por comenzar a abandonar el caladero. Algunos ya se han ido hacia otros destinos en los que no se vea amenazada su continuidad, como por ejemplo Senegal (con dos licencias disponibles), Mauritania (con seis) o Canadá. Mientras, otros han decido regresar a puerto (Vigo o Las Palmas) y amarrar ante la falta de oportunidades. En total, una decena de barcos.

Desde el sector opinan que la falta de acuerdo a estas fechas (con tan solo septiembre y octubre para poder negociar de nuevo tras la parálisis de agosto) es síntoma seguro de que habrá una interrupción del acuerdo pesquero. Así lo explica Francisco Freire, presidente de la Asociación Nacional de Cefalopoderos (Anacef). Por otro lado, sobre la nueva inversión china en el país asegura que "no es de extrañar" puesto que allí están "ocupados" por la flota china. "La UE debería ser el socio preferente de Guinea-Bisáu, pero China le come la tostada", indicó Freire.