Bonos "azules" para pequeños archipiélagos, tecnologías para rastrear los productos pesqueros y vendas hechas con la piel del pescado son algunas de las opciones presentadas esta semana en Roma para conservar los océanos. Gobiernos, organizaciones y compañías de varios países mostraron en un acto en la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) alternativas con las que dar un futuro sostenible a la pesca y ayudar a las comunidades pobres que dependen de los recursos marinos.

Brian Charlette, del Ministerio de Finanzas de las islas Seychelles, explicó que se preparan para emitir pronto un "bono azul" valorado en 15 millones de dólares para los próximos diez años con apoyo del Banco Mundial y del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF, en sus siglas en inglés).

El objetivo es financiar la transición a una pesca sostenible mediante un fondo en moneda en el que podrán participar empresas privadas. En 2015 ese archipiélago del Índico logró la condonación de parte de la deuda contraída con los países acreedores del Club de París a cambio de realizar actividades de conservación marina.

Justin Mundy, que dirige una organización caritativa promovida por el príncipe de Gales, afirmó que los proyectos en ejecución tardarán años en desarrollarse y que al ritmo actual no se lograrán los objetivos previstos en la agenda de la ONU para el desarrollo sostenible para 2030, incluido conservar los océanos.