El Gobierno del Reino Unido dio ayer su primer paso para abandonar definitivamente la Política Pesquera Común (PPC) de la Unión Europea como parte del Brexit al anunciar el fin de un acuerdo de pesca en vigor desde 1964 para que Francia, Bélgica, Alemania, Irlanda y Holanda faenaran en sus aguas interiores y viceversa.

El ministro británico de Medioambiente, Michael Gove, confirmó que su país anula de esta forma la Convención de Pesca de Londres (LFC), firmada hace 53 años -es decir, antes de su adhesión a la UE- y que permitía a los buques faenar entre una zona de seis y doce millas de la costa del país, y viceversa. "Esto significa que, por primera vez en más de 50 años, seremos capaces de decidir quién tiene acceso a nuestras aguas", declaró Gove.

Las reacciones no se han hecho esperar y el ministro irlandés de Agricultura, Alimentación y Pesca, Michael Creed, criticó la medida adoptada por Londres al calificarla como "indeseable y poco útil". "Es parte del Brexit y deberá ser considerada por los veintisiete Estados miembros de la UE y por el equipo de (Michel) Barnier durante las conversaciones", indicó Creed.

Tras su ingreso en el bloque en 1973, el Reino Unido ha formado parte también de la PPC, que permite a todos los países comunitarios faenar entre las doce y 200 millas de sus costas y fija cuotas para sus socios. "Este es un primer paso histórico para construir una nueva industria doméstica cuando abandonemos la Unión Europea. Un paso que creará una industria más competitiva, rentable y sostenible para todo el Reino Unido", comentó Gove.

Por su parte, la Federación Nacional de Organizaciones de Pescadores (NFFO) respaldó ayer la decisión tomada por Londres, al considerar que beneficiará a un sector valorado en 775 millones de libras (893 millones de euros) en 2015.

"Esto es importante para dar al Reino Unido una zona de costa independiente, con soberanía exclusiva sobre sus áreas económicas", destacó su director ejecutivo, Barrie Deas.