El puerto de A Guarda fue testigo ayer por la tarde del reencuentro entre Saúl Baz, José Antonio Fernández y José Manuel Martínez tras el accidente. Los tres marineros que dormían cuando el Rúa Primero regresaba al puerto de Baiona e impactó con las rocas de Os Carallóns estaban de "mejor humor" según avanzaba el día y recordaron para FARO el siniestro. "Salimos del catre por el aire. Subimos para ver lo que pasó y ya vimos: encallados en medio de las piedras", explicó Fernández. El de O Rosal está seguro de que están vivos gracias al propio buque: "El barco aguantó [encallado] porque si no, no estábamos aquí; entre el agua y las piedras nos hubieran reventado".

Saúl Baz, por su parte, contó que cuando embarrancaron notaba "que la marea estaba subiendo", lo que hacía que el barco se llenase de agua. "Creo que aguantamos muy bien la calma todos en aquel momento", completó Baz, primo del patrón y que cree que fue "una suerte" que el barco se quedara en las rocas, ya que hizo que aguantara fijo en aquel sitio.

"Yo ya llevo varias, pero como esta ninguna", relató José Antonio Fernández, que otrora sufrió un accidente similar cuando trabajaba en otra embarcación.

Preguntados por si el mar ayudó a que se produjese el accidente, Saúl Baz recuerda que "oleaje siempre hay", pero que "ayer había poco". José Manuel Martínez, por su parte, recalcó que "se acercaba algo de viento", que junto con las nulas capturas de la jornada -están con la campaña del bonito- motivaron el regreso a puerto.

Joaquín Baz, patrón y armador, prefirió no salir en la foto tomada ayer en A Guardia debido a que todavía estaba conmocionado por lo sucedido.