La directora del Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intecmar), Covadonga Salgado, defendió ayer en el Parlamento gallego que el instituto todavía emplee el bioensayo con ratones porque lo considera más "rápido y fiable" que el método químico, además de permitir dar respuesta en el mismo día y resultar útil para conocer las toxinas emergentes.

La Consellería do Mar y el Intecmar trabajan en una investigación de tres años con un presupuesto de más de 153.000 euros con el objetivo de mantener a Galicia como referente mundial en la aplicación del método químico de análisis de toxinas lipofílicas y adelantarse a las emergentes.

Lo hizo a raíz de que Mar recurrió la sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) que la condena a pagar 400.665 euros al pósito de Noia por las pérdidas que le ocasionó al pósito al tardar en decretar el cierre de la ría por la presencia de toxinas en el marisco en la campaña 2013-2014, cuando el Intecmar decretó el cierre de los bancos por la presencia de biotoxinas. Sin embargo, el producto ya había sido comercializado, por lo que el pósito tuvo que reembolsar las cantidades recibidas por la venta de cerca de 100.000 kilos de moluscos contaminados.

El fallo del TSXG indica que Mar no extremó las precauciones y que el Intecmar no comprobó si el producto era apto para la venta entre el 24 de septiembre y el 3 de octubre, a lo que la Administración aseguró que el mal tiempo impidió que hiciesen el análisis el día 1.

Mar indicó que el 4 de octubre usaron el método de bioensayo con ratones, lo que según el biólogo que actuó como perito judicial no permite comprobar la ausencia total de toxinas.