El consumo de pescado en los países de la eurozona se estancó en 2015, según los datos recopilados por la New Economics Foundation en base a la información de la FAO. Portugal se mantuvo como primer consumidor, con 53,8 kilos per capita, por delante de Lituania (43,6) y España (42,2). En el anterior informe de la FAO el consumo entre los portugueses descendió tímidamente, mientras que se mantuvo invariable para el caso español. Hungría, Rumanía y Bulgaria son los países donde menos se consumen los productos del mar, con menos de seis kilos por persona al año. Estarían en este caso al nivel de países como Argentina (es un gran productor y exportador de pescado, pero no lo consume), Colombia o India.

De acuerdo al estudio del think tank británico las capturas en aguas comunitarias apenas sirven para abastecer el 53% de todo el consumo, de ahí que Europa arroje una balanza comercial negativa en 3.400 millones de euros: tiene que importar mucha cantidad de producto para satisfacer la demanda. En España este desfase es de 500 millones, que contrasta con el superávit de Dinamarca (165,7 millones). Este país es uno de los que más posibilidades de pesca tiene en proporción a a la capacidad de su flota.