Los investigadores del puesto de la Guardia Civil de Pontevedra-Poio que elaboran el atestado por el nafragio del "Nuevo Marcos" tienen previsto en los próximos días tomar declaración a los dos supervivientes del siniestro, los jóvenes Carlos Carballa y Adrián Ligero, así como a otros testigos vinculados con el siniestro y los momentos previos y posteriores al hundimiento, antes de cerrar el atestado preliminar del suceso que más tarde se remitirán al juzgado de instrucción número 3 de Pontevedra, que se encontraba de guardia en el momento en el que se produjeron los hechos.

Los investigadores no tienen prisa por acceder a los testimonios de los dos principales protagonistas de este suceso, después del "shock" que vivieron tras un accidente en el que perdieron la vida sus padres. El día en el que el Concello de Poio vivía su segunda jornada de luto oficial de los tres decretados tras el accidente, distintas fuentes confirmaron que no se produjeron declaraciones y que, por lo tanto, será a lo largo de las próximas jornadas cuando estas personas sean citadas en dependencias oficiales para cerrar las indagaciones iniciales sobre el accidente.

Por el momento, la hipótesis que se maneja es la que ya cobró fuerza la misma mañana del siniestro. El barco circulaba de noche y el piloto pudo no observar una batea de un polígono de reparqueo del que todo el sector conoce su ubicación, por lo que se trabaja con la teoría de un posible "despiste", una de las palabras más repetida en el muelle de Combarro el día de la tragedia.

La investigación de la Guardia Civil y del juzgado corre paralela a la que elaborará el CIAIM (Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos de Fomento) que tratará de analizar las causas del siniestro para la posible adopción de medidas que puedan evitar que se repitan casos parecidos. Con todo, las investigaciones de este ente tardan varios meses en resolverse y publicarse las conclusiones.

Por otra parte, también están pendientes las tareas de reflotamiento del buque, cuestión que ya depende de empresas contratadas por la aseguradora. El lugar en el que se encuentra el pecio del "Nuevo Marcos", a apenas unos dos metros de la superficie, está balizada con unas boyas para evitar que pueda provocar algún problema a los buques que naveguen por la zona.