El hundimiento del Mar Nosso hace tres años en aguas asturianas todavía carece de explicación. Los marineros supervivientes y los expertos dijeron en su día que el motivo más probable de que el arrastrero con base en Marín se fuera al fondo del mar tuvo que ver con un golpe de mar durante el izado del aparejo, lo que pudo provocar un desplazamiento de la carga. Hoy, la investigación oficial del accidente todavía no ha visto la luz, pese a que los informes por parte de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim, dependiente del Ministerio de Fomento) sobre otros accidentes que tuvieron lugar ese mismo año sí fueron publicados.

En torno a la 1 de la madrugada de aquel 17 de abril de 2014, el arrastrero de bandera lusa de 32 metros de eslora y construido hacía 40 años partía del puerto de Avilés, donde había descargado la caballa pescada en la jornada anterior. La última señal recibida desde el buque fue pasadas las 11.00 horas. Lo próximo que se supo fue que el Mar da Galega, un barco que se encontraba en la zona, se encontró el barco con la quilla al sor y pudo rescatar a siete de los tripulantes: dos de Marín, dos de Bueu, uno de Vilagarcía y otros dos portugueses. Otro pesquero, el Kika, recuperó del mar el cuerpo de dos de dos marineros, mientras que un tercero fue recuperado por el buque de salvamento Alonso de Chaves.

Cuatro de los marineros, que presentaban hipotermia debido al tiempo que permanecieron en el agua, fueron evacuados en helicóptero a los hospitales de Cabueñes y Jove. Francisco Manuel Alvitres, Jesús Álvaro González, Rafael Meixide Rodríguez y el luso Sebastião Ferreira. Los otros tres tripulantes (José Martín Calo, Francisco Pereira Iglesias y el portugués Bernardino Augusto Korabicho) fueron evacuados por el helicóptero de la Xunta al Hospital Comarcal de Burela.

Con la recuperación de los siete supervivientes, el dolor se trasladó a Vila do Conde y Povoa de Varzim, donde fueron enterrados los marineros lusos en los días siguientes al suceso. Hasta allí se desplazaron tanto los marineros gallegos como el propio armador del buque, Claudino González. Dos de los marineros, sin embargo, no pudieron ser sepultados al no ser recuperados del mar.

Declaración

En los días que siguieron al naufragio, los marineros prestaron declaración sobre el suceso e indicaron que el Mar Nosso volcó en el momento en el que intentaban introducir el aparejo a bordo, produciéndose un desplazamiento de la carga tras un, explicaron, inesperado golpe de mar. El barco se hundió "poco a poco" cuando se encontraba a 20 millas de Navia.

Esta misma hipótesis es la que barajaban entonces los veteranos hombres de mar consultados por este periódico en aquel momento. Apuntaban que un vuelco así entra dentro de los riesgos previsibles "no siempre evitables" en el sector del arrastre.

El naufragio del barco de bandera lusa fue uno de los accidentes graves que se registraron aquel año. El día 1 de aquel mismo mes se había hundido el Mar de Marín tras chocar contra el carguero Baltic Breeze en la ría de Vigo. Entre los dos sucesos diez personas perdieron la vida. A esto hay que sumar también los ocho fallecidos de los nueve tripulantes del Santa Ana, otro arrastrero con bandera lusa que se fue al fondo del mar el 10 de marzo de 2014. La Ciaim, que comparte la investigación los compañeros lusos de la Gpiam, sí publicó el informe de estos dos casos. El suceso del Mar Nosso, por el momento, tendrá que esperar.