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"Que nos devuelvan lo que pagamos y no disfrutamos; allí solo teníamos deberes"

Tripulantes de O Morrazo confían en la justicia noruega a pesar "de las trabas y obstáculos" del gobierno nórdico - Lamentan la falta de apoyo en España

Desde la izquierda, los marineros Eugenio Román, Ramón Marcos y Jesús Cordeiro, junto con Carmen Juncal (viuda de un tripulante que trabajó en la flota noruega), ayer tarde en el puerto de Cangas. // G. Núñez

El inicio del juicio en la capital noruega en sí mismo ya es una victoria para los cientos de gallegos afectados. En Long Hope hay alrededor de una veintena de vecinos de O Morrazo adscritos a esta demanda. "El gobierno noruego ha puesto muchas trabas y obstáculos. El juicio estaba previsto para febrero del año pasado y lograron demorarlo un año, pero ya no más", cuenta Ramón Marcos, que estuvo 17 años embarcado en mercantes de bandera noruega. Junto a él Eugenio Román, con 20 años cotizados; Jesús Cordeiro, con once años; y Carmen Juncal, que es la viuda de José Benito Fernández Lemos, "que se fue a Noruega siendo apenas un niño, con 16 años".

La satisfacción del inicio del juicio se mezcla con un sentimiento de rabia porque "esta guerra ya tenía que estar acabada hace años" y durante este periodo "hay compañeros que ya se han quedado en la popa". Esto es, que ya han fallecido. "Queremos que nos devuelvan lo que pagamos allí en impuestos, que es mucho. Nosotros solo teníamos deberes, no derechos", aseguran los afectados de O Morrazo. Las retenciones que se aplicaban a su salario bruto oscilaban entre el 40 y el 45%. "Había meses que se quedaban allí 300.000 pesetas, que mucho más que un sueldo de aquí", aseguran. Esos elevados impuestos sirven para sostener uno de los estados de bienestar más avanzados del mundo, con transporte gratuito y libros gratis para los estudiantes, entre otras ventajas. "Nosotros pagamos por todo eso, pero no disfrutamos de nada. Nuestros hijos no se podían beneficiar de nada de todo eso", cuenta Ramón Marcos. Él guarda todas sus nóminas y calcula que en su caso el Estado noruego debería devolverle en torno a 82.000 euros.

El problema es que Noruega, a diferencia de países como Holanda o Alemania, jamás firmó un convenio bilateral con el España para regular la situación de estos marinos, todos enrolados en la mercante. De hecho, en las retenciones fiscales no se incluía la cotización a la Seguridad Social para la jubilación. "No porque nosotros no quisiéramos, que sí queríamos, sino porque ellos no nos dejaban pagar. Yo hablé varias veces con el capitán del barco y ponían como excusa que así nos tenían que retener más del sueldo", cuenta Jesús Cordeiro. Con los años trabajados allí calculan que podrían tener derecho a percibir una pensión media de unos 1.500 euros.

Las quejas de los marinos gallegos no se dirigen solo hacia Noruega, sino también hacia el España y la Xunta de Galicia. "Nos dejaron vendidos a pesar de que durante años enviamos millones en divisas. Si nos hubiesen apoyado esto habría acabdo hace mucho tiempo. Nos vendieron por un barril de petróleo", se quejan estos vecinos de O Morrazo.

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