La flota ballenera japonesa regresó ayer a puerto tras su caza en la Antártida para una supuesta investigación científica con una captura de más de 300 ballenas hocicudas. La Corte Internacional de Justicia dictaminó en 2014 que Japón debería detener la caza de ballenas, a lo que el país contestó suspendiendo su actividad durante una temporada. Tienen previsto capturar 4.000 ejemplares en los próximos 12 años.