El marinero de Moaña Fernando Argibay ha llegado esta mañana a Santiago de Compostela tras días de angustia. El jefe de máquinas del "Senefand Uno" salvó la vida tras el naufragio ocurrido el pasado jueves ante la costa de Senegal y pasar tres días en una balsa a la deriva hasta que fue rescatado con otros siete compañeros. Hoy, casi una semana después del trágico suceso llega a su casa para abrazar a su familia. "Voy a pensarme mucho el volver al mar", sentenció.

Sobre las nueve de la mañana aterrizó en el aeropuerto de Santiago, en un vuelo regular procedente de Madrid. En la capital gallega lo esperaban personal de la armadora Profand y medios de comunicación. Fernando Argibay ofreció una breve comparecencia en la que, con aspecto cansado y "moralmente decaído", ofreció un estremedor relato de la tragedia y destacó que horas antes de la catástrofe todo "ía ben". Él fue la última persona en ver con vida al patrón del barco, el marinense José Vicente Pazos Martínez, con el que tenía una gran relación, y cuya búsqueda continúa. La Xunta y el Gobierno central coordinan un dispositivo internacional para localizar el pecio del barco, a unas 30 millas de Dakar.

Fernando explicó que el agua cubrió todo el barco y que vio a José Vicente Pazos en el puente de mando: "Achegueime ao cristal e berreille: "Vicente!". Instantes después tuvo que escalar hasta la quilla del barco, que se hundía rápidamente. En su opinión, la causa del naufragio fue el exceso de peso del aparejo, que hizo zozobrar el pesquero. El buque se dio completamente la vuelta en medio del mar y se hundió "en cinco minutos", describió.

Sobre la quilla del barco, el jefe de máquinas se quedó con el engrasador, único que llevaba chaleco, y otro marinero, a los que animó a "dar el todo por el todo" y nadar hasta las balsas "como fuese". Los tres se lanzaron, pero solo él consiguió llegar.

Argibay pudo regresar a España con un salvoconducto tramitado por la embajada española en Senegal, ya que el marinero perdió su documentación en el hundimiento.

"Naceunos un fillo"

En Moaña le espera, ansiosa su familia. Sus padres, Antonio y Matilde, exclamaban ayer a FARO: "Naceunos un fillo!". Tras días de "sinvivir" recibieron la llamada que les devolvió la alegría el domingo de madrugada. "Chamounos ás 5 da mañá", relatan. "Estamos contentos pero sentimos con toda el alma que haya tres desaparecidos", añadía el matrimonio, que piensa celebrar el regreso de Fernando con una comida familiar.