El número de permisos de marisqueo a pie para los hombres se duplicó desde 2012, año desde el que la Plataforma Tecnolóxica da Xunta, dependiente de la Consellería do Mar, proporciona datos y en el que tan sólo 475 hombres marisqueaban a pie. En 2016, hubo 961 permisos concedidos a ellos, un 13% más con respecto a 2015. La evolución es la contraria en el caso de las mujeres: 2.838 mujeres se dedicaron al marisqueo a pie en 2016, casi un 5% menos que el año anterior. La reducción de permisos concedidos a ellas desde 2012 es de un 18%. El sector achaca esta variación a la crisis económica.

"No hay trabajo en otro lado, la gente busca en tierra, en la construcción, y también prueban en el mar. Lo importante es llevar un sueldo para casa", comenta el patrón mayor de la cofradía de Barallobre, Carlos Rey, en donde este año hay más hombres trabajando que mujeres. Coincide con él la patrona mayor del pósito de Mugardos, Mª Teresa Carnero, que afirma que nunca hubo tantos hombres como ahora. "Hay más peticiones de permisos por parte de hombres, asombra que haya tantos en el marisqueo", concluye.

La diferencia entre ambos sexos fue mayor en la provincia de Pontevedra, donde el 80% de las personas dedicadas al marisqueo fueron mujeres; seguida de A Coruña, con un porcentaje del 67%, y Lugo, donde la situación fue más igualitaria, con un 53% de mujeres y un 47% de hombres.

Las mujeres son, a pesar de que las distancias se acorten, las que disponen de mayor presencia en este sector al tener uno de cada cuatro permisos en Galicia. Los hombres jóvenes disponen de más permisos que las mujeres de su misma franja de edad: un 56% de los permisos entre 21 y 30 años pertenecen a ellos. La situación se invierte a partir de la franja que va de los 31 a los 40 años, donde la paridad es casi total, y la diferencia de permisos entre unos y otras aumenta conforme lo hace la edad. El 70% de los permisos en la franja de 41 a 50 son de mujeres, así como el 86% de aquellas personas cuya edad está comprendida entre los 51 y los 60 años. La diferencia más notable, sin embargo, se produce en las personas mayores de 60 años, donde el 95% de los permisos de marisqueo a pie están en manos de mujeres.