El océano Pacífico contiene ricos bancos tanto de pez espada como de tiburón. Por este motivo, son muchos los buques de palangre gallegos que cada año se desplazan hasta allí para poder capturar estas preciadas especies. Un viaje largo y peligroso que los mantiene muy lejos de casa y también muy lejos de la costa, persiguiendo a estos escurridizos animales. Un trabajo que se hace todavía más duro por la imposibilidad de utilizar los puertos chilenos por la negativa del Gobierno del país americano desde hace más de 25 años. Una situación que obliga a los barcos a utilizar las instalaciones de Perú, mucho más al norte, en la que además en muchas ocasiones sufren retrasos de varios días.

Es por este motivo que desde la Confederación Española de Pesca (Cepesca) solicitaron el pasado miércoles al Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación (MAEC) que medie en este problema de gran importancia estratégica para la flota. El sector expresó su colaboración para intentar desbloquear este importante asunto, si bien son conocedores de la dificultad de la encomienda por unas negociaciones enquistadas desde comienzos de los años 90.

Según Javier Garat, secretario general de Cepesca, la embajada española "solicitó información" para intentar ayudar en todo lo posible a solucionar el problema. En este sentido, también destacó el "reciente interés" del país andino por las Organizaciones Regionales de Pesca (ORP), que en su caso es la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT o Iacct, en inglés).

Por su parte, desde la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI) lamentan la "excesiva dependencia" de la flota de Perú, donde los buques emplean las instalaciones e Callao. Entienden que los puertos chilenos serían "muy interesantes como zonas operativas" para los más o menos 30 palangreros pertenecientes a asociaciones como la viguesa, los Armadores de Marín o la Organización de Palangreros Guardeses (Orpagu).

De hecho, además del sector y la Administración española, la propia Comisión Europea también se mostró a favor de resolver esta situación lo antes posible. El director general de Asuntos Marítimos y Pesca (DG Mare), João Aguiar, señaló el pasado junio en Vigo como prioritario que la flota pueda volver a descargar allí a preguntas de la propia cooperativa.

El origen de esta negativa del Gobierno chileno tuvo lugar con una protesta de los pescadores artesanales de pez espada del país. A raíz de sus quejas, el país andino comenzó a poner excusas y trabas "insalvables" para la flota, según explican fuentes del sector. Entre ellas se encontraban, por ejemplo, la petición de datos de pesca confidenciales de las propias armadoras.

Ahora, el palangre gallego se encuentra resignado a la espera de que desde el Gobierno y la Comisión Europea se pueda encontrar una solución a un problema que supone un mayor gasto de combustible y de seguridad para los propios barcos.