En 1984 la capacidad pesquera de Francia rozaba las 200.000 toneladas GT (Gross Tonnage), frente a las 150.000 de Holanda o las 160.000 de Reino Unido. España, todavía fuera de la Comunidad Económica Europea (CEE), superaba las 720.000. A su adhesión al embrión de la actual UE la flota española -sobre todo gallega- tuvo que conformarse con un mínimo porcentaje de las posibilidades de pesca que sus vecinos se habían repartido ya, y desde 1986 le corresponden en torno al 7% del total de cuotas disponibles pese a tener una cuarta parte de la capacidad extractiva. Ese modelo de reparto se llamó criterio de estabilidad relativa. Ha mantenido el nombre y los porcentajes durante 31 años. La Xunta cree que ahora, al fin, sí se dan las condiciones para exigir su eliminación y, curiosamente, gracias a una decisión que abortará el proyecto europeo tal y como se había concebido: el Brexit.

"Debería hacer renovar o eliminar este sistema", lanzó ayer la conselleira Rosa Quintana en la sede de la Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi) sobre la decisión de los británicos de abandonar la UE. "Entonces se aceptó por criterios políticos, ni económicos ni medioambientales", añadió. Reino Unido se adhirió a este mecanismo de reparto en 1983 y, con el 12% de capacidad pesquera, menos de la mitad que España, tiene derecho a faenar el 15% de las cuotas que se asignan cada año. El doble que España. Tiene el 97,6% de los derechos de pesca de cigala (especie de mayor valor comercial en primera venta) junto a las Faroe y al Oeste de Irlanda, por el 1,2% de los barcos irlandeses o el 0,2% de los españoles. Otro 18% de rape en Gran Sol, frente al 3,6% de España. En la Xunta entienden que su salida de la UE puede hacer que pierdan gran parte de estos privilegios, aunque sin evaluar de momento la posibilidad de que Londres fije una frontera virtual en sus 200 millas.

La opinión británica

Que el Brexit es incompatible con el criterio de estabilidad relativa es algo que también defiende Londres. El eurodiputado escocés Ian Duncan, portavoz de Pesca de los conservadores británicos, ha asegurado en su blog que "en el futuro es probable que los TAC (totales admisibles de capturas) en el Mar del Norte se repartirán en negociaciones bilaterales entre Reino Unido con Noruega y la Unión Europea". Y añade: "A Reino Unido ya no le afectará el criterio de estabilidad relativa, y Londres y los ministros de Pesca de Escocia estarán en mejores posiciones para alcanzar acuerdos que satisfagan las necesidades de la industria. El Brexit cambiará esto". Los probrexit han defendido durante toda la campaña las tesis de Duncan, pero solo desde una visión optimista. La Xunta y el sector analizará ahora el impacto socioeconómico posible de la salida de Reino Unido de la UE y sus consecuencias tanto para la flota que faena en Gran Sol (unos 70 barcos) como la que opera en Malvinas (otros veinte).