La Comisión Europea y los Estados miembro llegaron a un acuerdo para fijar las posibilidades de pesca para el próximo año que deja un "tijeretazo" difícil de asumir para la flota. Tan solo el rape, tanto en Gran Sol como en aguas ibéricas, se salva de la "quema", que deja duras bajadas en el gallo, tanto en el norte como en el sur, así como en la merluza, muy reducido, y el jurel en el litoral español.

La delegación española presente en la negociación en Bruselas logró que la bajada prevista de un 11,9% para el rape en Gran Sol finalmente se quedase en un 0%, con lo que se mantienen las 1.231 y 1.368 toneladas de 2016 para las zonas VII y VIIIabde, respectivamente. En lo que respecta a la situación de esta especie en aguas ibéricas, se concreta la propuesta inicial de una subida del 54%, hasta las 3.296 toneladas.

Mapa de las zonas CIEM de pesca de la UE.

El caso contrario lo ofrece el gallo (o rapante). La flota contará con un 25% menos de cuota tanto en la zona VII (4.107 toneladas) como en la VIIIabde (748), mientras que en aguas ibéricas bajará un 15%, hasta 1.069 toneladas.

Por su parte, en el caso de la merluza se concretó la subida de un 10% que esperaba el sector para Gran Sol (33.732 toneladas en las zonas VI, VII y VIIIabde) y se rabajó en gran medida la reducción prevista para aguas ibéricas, al disminuir un 1,4% (6.731 toneladas) frente al 35,9% previsto.

Por último, en el caso de las aguas de Galicia y Portugal (la zona IXa) tanto el boquerón como el jurel vieron aumentadas sus cuotas. En el primer caso subió un 17,7% (5.978 toneladas) y en el segundo lo hizo un 6,9%, dejando 18.977 toneladas. Caso contrario hubo para la zona VIIIc, en la que el sector ve disminuida su cuota de jurel en un 23%, 11.890 toneladas.

La primera reflexión por parte del sector vigués, realizada por Hugo González, gerente adjunto de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), una vez anunciado el reparto, es que la merluza salió bien parada, la situación del gallo es "mala" y la del rape es "llevadera".