Mañana y pasado (12 y 13 de diciembre) tendrá lugar en Bruselas la negociación para el establecimiento de los Totales Admisibles de Capturas (TACs) y cuotas de las principales especies pesqueras para el próximo año. A ella asistirá, como es costumbre, Hugo González, gerente adjunto de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI) que espera una mejora significativa respecto a las pretensiones de la Comisión Europea, que propone rebajas importantes.

-La CE apuesta por una subida de la cuota de merluza en Gran Sol del 2,8%. ¿Es suficiente?

-Es absolutamente insuficiente y además con una particularidad, y es que los científicos apuestan por un incremento del 14% sin poner en peligro los objetivos del rendimiento máximo sostenible (RMS). La Comisión, no se sabe muy bien el motivo, propone esta subida a la baja. Tenemos que preguntarnos por qué la CE hace ese tipo de propuestas, contradiciéndose a sí mismo. Pues bien, yo creo que están empleando una determinada estrategia: como los ministros tienden a negociar entre ellos y no pueden volver a sus respectivos países con reducciones drásticas, la Comisión reduce la propuesta para acabar consiguiendo algo más alto. En este caso va a subir seguramente un 10% o más. Pero claro, esta estrategia llena de incertidumbre al sector.

-¿Y qué va a pasar con el rape en esa misma zona?

-Los científicos proponen que se mantenga la cuota y la CE, que a lo mejor se ha equivocado y todo, no lo sé, propone lo mismo que el año pasado, una reducción del 11,9%. Lo que sí sabemos es que la especie está en buenas condiciones, lo vemos en las capturas y creemos que el caladero está mejor de lo que creen los propios científicos. Pedimos que se considere el aspecto social, para mantener los puestos de trabajo, y económico, para las empresas. Que se revise y que se aumente esa propuesta, que no se reduzca.

-Por otro lado está la difícil "papeleta" para el gallo.

-Proponen reducirlo un 28% y eso es una auténtica locura. La ministra dijo que no permitiría una reducción tan drástica. No tiene base científica y da la impresión que juegan de nuevo con esa estrategia. El parámetro en el que se fijó la CE fueron los desembarques y en el caso del gallo, bajaron. Pero claro, nos da la impresión de que no tuvieron en cuenta que la flota se ha reducido. Se han desguazado 20 barcos y lo que vemos en caladero es que la pesquería resistiría mantener la cuota.

-¿Qué quiere el sector entonces para Gran Sol?

-En definitiva que suba la merluza, que suba un poco el rape y con respecto al gallo entendemos una reducción, pero no del 28%. Cualquier reducción que baje del 15% es perjudicar directamente los intereses de las empresas y pescadores.

-La otra cara de la moneda está en el Cantábrico Noroeste, ¿no?

-Claro. En lo que respecta a litoral no es creíble que se plantee una reducción de casi un 36% en la cuota de merluza. No hay quien aguante con una propuesta de esta naturaleza. En 2020 hay que alcanzar el rendimiento máximo sostenible en las pesquerías. Es un objetivo loable pero hay tiempo hasta ese año para tener las pesquerías en el mejor estado posible. También hay que tener en cuenta que la flota de arrastre de litoral estaba compuesta por 110 barcos hace 5 o 6 años y ahora quedan 70. Por eso han bajado las capturas. En cuanto al reclutamiento, está creciendo en los últimos años y la biomasa está subiendo también. Lo que proponemos es alcanzar ese rendimiento máximo sostenible en 2020, no en 2017. Es ser prácticos.

-También se plantea una subida del 54% en el rape.

-Sí, pero, ¿partiendo de qué cuantías? Hay flotas, como la volantera o el palangre, que dependen en exclusiva o casi de la merluza. Estos no van a ir a por el rape. Por esto pedimos cierta racionalidad en la aprobación de las cuotas. Hay un ejercicio que no está hecho que es tratar de aprobar cuotas para dos o tres años.

-¿Eso es posible?

-Estamos siempre con la incertidumbre cada año de cómo quedan las cuotas. Quizá la Comisión debería pensar en aprobar los TACs para más años. En las cuotas para especies profunda, que también recortaron, se hace para dos años. Es algo que se habló con responsables de la CE, pero alegan que hay incertidumbres en las pesquerías y adoptan el criterio de precaución, lo que daría una cuota como la que proponen los científicos para el primer año y en el segundo, por si acaso, se reduciría. Para esto es mejor seguir yendo todos los años para negociar.

-Con todas estas previsiones, ¿se plantea un buen año para 2017?

-Creemos que en Gran Sol sí será un buen año. Que lo sería mucho si tuviéramos mucha más merluza, más gallo y sobre todo más rape, que es lo que menos tenemos, y así no estar obligados a hacer tantos intercambios. Ahora bien, ya veremos si será un buen año para la flota de litoral, incluido el cerco que también tendrán sus dificultades. Si no mejoramos, al menos deseamos quedarnos como estamos.

-¿Se vienen entonces problemas para el cerco?

-Estamos atentos para ver qué pasa con la sardina. No está sometida a TAC pero la UE lo busca. Tenemos la dificultad añadida de que las estadísticas de capturas están más de cara para Portugal que para nuestra flota y parece que se va a acordar un tope de TAC, que podría ser de 17.000 toneladas. Una vez se aprueba se puede ir a un plan de recuperación o a otras medidas restrictivas que pueden complicar mucho la vida.