La aparición de la toxina paralizante (PSP) enturbia, cuando menos podía esperarse, un año que puede pasar a la historia como plácido en lo que a presencia de biotoxinas se refiere en las rías gallegas. Es cierto que la presencia de toxinas del género lipofílico, entre las que destacan las diarreicas (DSP), provocó cierres puntuales de polígonos a lo largo del ejercicio y amenazó incluso con una clausura generalizada de las bateas.

El propio sector pronosticaba un otoño muy complicado y una campaña navideña pésima, ya que la acumulación de células tóxicas en la plataforma continental era notoria; solo se precisaba la llegada de los temporales para introducirlas en las rías, pero finalmente las inusuales condiciones meteorológicas dominantes en el segundo semestre frenaron el avance de esa toxicidad y las descargas de producto fueron masivas.

Está por ver ahora si los niveles de PSP detectados, que obligaron a cerrar el lunes el polígono Cangas F, en la ría de Vigo, se quedan en un hecho puntual y aislado o por el contrario se trata de la avanzadilla de un episodio prolongado en el tiempo que, en cualquier caso, no causará mayores trastornos a un sector que ya colocó en el mercado todo el mejillón que podía colocar.

Este 2015, en cuanto se conozcan los datos oficiales, se convertirá en uno de los mejores de la historia en cuanto a productividad y beneficios para los mejilloneros, de ahí que la citada aparición de la PSP no deba causar alarma de ningún tipo; ni siquiera en plena campaña de Navidad.

Con lo que hay que quedarse, al menos de momento, es con el hecho de que buena parte de las bateas de las rías gallegas sigan disponibles, aunque ya no conserven demasiado producto de talla comercial en sus cuerdas de cara la campaña de Navidad.

Según los últimos datos del Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino de Galicia (Intecmar) hay una treintena de polígonos operativos, mientras que una veintena tienen colgado el cartel de "prohibido extraer moluscos bivalvos", a la espera de que remitan los niveles de toxicidad para poder utilizarlos nuevamente.

Las rías más afectadas por la conocida popularmente como "marea roja" son las de Muros-Noia, con sus cuatro polígonos temporalmente clausurados; y la de Pontevedra, donde sucede lo mismo en seis de sus ocho polígonos.

Por su parte, en la de Vigo hay tres polígonos sin actividad en estos momentos, lo cual quiere decir que todavía puede retirarse mejillón en otros nueve.

Disponibilidad

Mayor disponibilidad hay, lógicamente, en la de Arousa, que es la que alberga más cantidad de bateas de toda la comunidad gallega. Es cierto que seis de sus polígonos están cerrados por presencia de toxinas lipofílicas, pero también lo es que al sector aún le quedan en estas aguas otros 19 aptos para la extracción, venta y consumo de mejillón.