La flota del Cantábrico Noroeste superó en un 24% el cupo de sardina que tenía asignado para 2016, por lo que el cierre provisional de la pesquería decretado el 8 de octubre por el Ministerio de Agricultura es "definitivo". Así lo traslado ayer al sector el director xeral de Pesca de la Consellería do Mar, Juan Maneiro, durante la reunión de la comisión sectorial del cerco del Consello Galego de Pesca, en Santiago. Galicia acapara la mayor parte de ese desfase, ya que el volumen de sardina subastado en la comunidad creció un 31% en relación a 2015 pese a que el tope de capturas se redujo un 10,5% este año.

España y Portugal establecieron este año un cupo de 14.000 toneladas para esta especie, que en julio ascendieron a 17.000, en el marco del plan de gestión que administran ambos gobiernos. No existe un reparto porcentual exacto entre los países, sino un acuerdo para no exceder el límite marcado, aunque Portugal suele llevarse una parte ligeramente superior a la de España.

Dentro de esta distribución, la flota del Cantábrico Noroeste tiene un tope de unas 4.410 toneladas (450 mensuales de marzo a julio y 540 al mes de agosto a noviembre). Los datos de la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, dependiente de la Consellería do Mar, permiten apreciar el desfase, pues muestran que las lonjas gallegas subastaron 4.338 toneladas hasta el 8 de octubre, aunque las cifras todavía están incompletas. Esto supone un 31% más que en 2015, cuando se descargaron 3.306 toneladas hasta noviembre, a pesar de que el cupo del año pasado (19.000 toneladas entre ambos países) era mayor. El presidente de la Federación Galega de Confrarías de Pescadores, Tomás Fajardo, confirma que los cerqueros de la comunidad son los que más sardina capturan en el caladero.

Este incremento de ventas, sin embargo, no se tradujo en mayores beneficios económicos para la flota, ya que la facturación descendió de 6,9 millones en 2015 a 6,5 este año, debido a la caída en la cotización de la especie.

Fajardo lamenta que el cierre de la sardina deja al cerco gallego en una situación "difícil", sobre todo para las embarcaciones más pequeñas, ya que "no hay" xarda y el precio del jurel está "por los suelos".

La comisión decidió, tras la reunión de ayer, solicitar al Gobierno una cesión o un intercambio de posibilidades de pesca -con Portugal o con el sector del golfo de Cádiz, donde la costera sigue abierta- para poder finalizar la campaña en noviembre, como establece el plan de gestión. El órgano también criticó la forma en la que la Secretaría General de Pesca administró la pesquería, ya que no facilitó los datos de consumo del cupo "hasta el final" y no convocó las reuniones de seguimiento "previstas". "Deberíamos poder reunirnos nosotros, desde Galicia, para hacer evaluaciones periódicas de las campañas, como se hace en la comisión del xeito", reclamó el presidente de los pósitos gallegos.