Las descargas de mejillón en los muelles gallegos siguen siendo masivas. Como se informó en las últimas semanas la amenaza de cierre total por presencia de biotoxinas sigue latente, de ahí que el sector trate de aprovechar ahora que aún sigue abierta la mayor parte de parques de cultivo y quiera colocar en el mercado todo el molusco que le sea posible, antes de que la amenaza de cierre se haga realidad. Lo que sucede es que al haber tanto mejillón disponible para la venta se desencadena la competencia entre productores que tantos problemas dio al sector a lo largo de la historia, y la consecuencia inmediata es que los precios vuelven a desplomarse.

"Estamos vendiendo al precio de hace diez o veinte años, y no queda más remedio que bajarlo porque hay tanto mejillón que los compradores nos regatean; no nos queda más remedio que rebajarnos si queremos despachar nuestra mercancía, pues de lo contrario quedará colgada en las cuerdas y la perderemos", manifiestan a pie de puerto diferentes productores consultados.

El año pasado el mejillón de Galicia se vendió a una media de 0,43 euros por kilo, situándose en 0,44 euros en el caso del destinado a fresco y en 0,41 euros por kilogramo para el enviado a cocederos y conserveras. Ya eran cifras bajas, pero es que en la actualidad muchas de la partidas que se descargan en los muelles gallegos ni siquiera alcanzan los cuarenta céntimos.

Por otro lado, los sabotajes han regresado a las bateas de la ría de Arousa. Al menos así lo denuncian diversos productores de Vilanova y Vilagarcía que, como ejemplo, citan la desaparición de cientos de cuerdas cargadas de molusco. Y está claro que no es que alguien las robara o se desprendieran solas al fondo, pues son evidentes las pruebas de que fueron cortadas de forma intencionada.