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Palangrero gallego capturado en el golfo de Guinea

El jefe de máquinas del buque retenido en Santo Tomé: "La detención va para largo"

Fernando Araújo y el patrón, José Vicente, cumplen cinco días apresados en el país acusados de capturar tiburón azul de forma ilegal -Tres militares y dos policías custodian el barco

El jefe de máquinas del buque retenido en Santo Tomé: "La detención va para largo"

El palangrero Alemar Primero cumplió ayer su quinto día bajo arresto en la localidad pesquera de Neves, en Santo Tomé y Príncipe (golfo de Guinea). Allí, dos gallegos permanecen retenidos junto a los otros 10 miembros de la tripulación: el armador y patrón José Vicente y el jefe de máquinas, Fernando Araújo, que asegura que no entraron en aguas del país africano "hasta tener la licencia de pesca a bordo". "Ayer [por el martes] nos dijeron que podríamos salir, pero aquí seguimos. Ya nos han tenido que traer víveres y esto va para largo", explica Araújo para FARO desde el barco, que se encuentra custodiado por tres militares armados del país y dos policías.

Junto a cinco namibios, cuatro indonesios y un angoleño, los dos gallegos están además separados en estos momentos. "El patrón fue llevado a tierra, donde está intentando solucionar esto y todavía no ha regresado", decía ayer por la tarde el jefe de máquinas, de 49 años. Y es que por el momento las conversaciones entre la Unión Europea y Santo Tomé siguen en curso para esclarecer qué ha sucedido. "Nosotros podemos pescar tiburones y fuimos cuando nos dijeron que ya estaba todo listo y llegó la licencia al barco", relata.

Fernando Araújo explica como fue el abordaje que sufrieron el sábado por parte de la organización medioambientalista Sea Shepherd y su buque, el Bob Barker: "Llegaron con el AIS [sistema de localización por satélite que todos los barcos deben llevar] apagado y solo nos dimos cuenta cuando vimos el barco. Entonces se acercaron, llamaron al patrón y luego entraron. Estuvieron dos horas rebuscando y nos pusieron en la proa, donde nos cachearon". En ese momento se encontraron las aletas cercenadas, práctica prohibida que fue fotografiada por la ONG y sobre la que Araújo no se pronunció.

Pocos minutos pasaban de las tres de la tarde cuando los militares de Gabón y Santo Tomé (ambos países comparten labores de vigilancia) entraron en el Alemar Primero, que se encontraba a unas 80 millas de tierra en aquel momento. Y lo hicieron para quedarse. "Ayer se fueron los militares de Gabón y ahora se quedaron los de Santo Tomé y dos policías. Van armados y no nos tratan mal, pero...", comenta quejumbroso el jefe de máquinas del palangrero.

Fue Joaquín Cadilla, presidente de la Organización de Palangreros Guardeses (Orpagu), el que alertó de que el buque tampoco iba a poder salir ayer. "Es posible que les impongan una fianza, que imagino que no será pequeña", indica Cadilla, que también informa que desde la asociación decidieron retirar de la zona a los otros dos barcos "hasta que exista seguridad jurídica". Araújo, por su parte, completa que cree que "la situación aún va a durar unos días".

Mientras, a los marineros que se han quedado en el Alemar Primero no les falta de nada, por el momento. Eso sí, las condiciones no son las mejores. "Nos obligaron a tirar todo lo que pescamos, pero no nos dejaron tirar las vísceras de tiburón que quedaron en el parque de pesca. A esto hay que sumarle la basura que se va acumulando, por lo que hay una peste criminal", indica el jefe de máquinas.

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