Las toxinas lipofílicas han dado un respiro al sector mejillonero de O Morrazo justo en el ecuador del verano. Las analíticas realizadas durante esta semana por el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intecmar) han permitido la reapertura total de la ría de Vigo, la apertura de un polígono en la ría de Aldán y de dos en Bueu, cuyas bateas eran las que más tiempo llevaban cerradas: desde el pasado 21 de marzo. En total estos días han abierto alrededor de 250 bateas repartidas entre las tres rías.

El mayor número de aperturas se registró en la ría de Vigo, donde estaban cerrados las tres zonas de la bocana: Cangas F (Barra), Cangas G (Liméns) y Cangas H (Areamilla), que en total agrupan unas 130 bateas. Los viveros flotantes de Barra y Liméns estaban cerrados de manera ininterrumpida desde el día 26 de marzo, mientras que el de Areamilla reabrió a principios de julio y luego volvió a cerrar. El resto de polígonos bateeiros de la ría viguesa fueron abriendo entre finales del mes de junio y principios del mes de julio. La única zona que permanece cerrada está en Redondela y está dedicada al cultivo de la ostra.

La ría de Pontevedra es siempre la que más sufre los efectos de la toxina y es un buen termómetro para evaluar su posible evolución. Dos de los tres polígonos de Combarro (denominados como Portonovo A, B y C) abrieron el 30 de julio, lo que hacía pensar en una posible reapertura en el resto de la ría. Finalmente así ha sido, aunque no de manera íntegral.

Las tres zonas de producción de Bueu son las que más tiempo de cierre acumulan ya que la toxina obligó a cerrar el 21 de marzo. Las analíticas del Intecmar han permitido que el martes se autorizase la actividad en el poligono Bueu A1, que agrupa unos 60 viveros flotantes entre Portomaior y Lapamán, y el Bueu B, que es el más pequeño de los que hay en Bueu. Son unas 25 bateas situadas en la zona de Beluso. Lo curioso es que el polígono intermedio, el Bueu A2, con otras 60 bateas y lindante con el A1, al menos hasta ayer permanecía con orden de cierre. Algo parecido ocurrió el año pasado, cuando este conjunto de bateas cerraron en marzo y no volvieron a abrir hasta principios de enero de este 2016.

La apertura de bateas en Bueu no ha venido, de momento, acompañada de un gran incremento de actividad. Los bateeiros aseguraban ayer que por ahora no hay un gran volumen de pedidos. "No sabemos a que se debe, pero por ahora no hay el movimiento que se esperaba", explicaban algunos mejilloneros ayer. A estas alturas del año la mayoría de la producción, al menos en esta zona, se dedica a la venta para el mercado de fresco.