El Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM o ICES, por sus siglas en inglés) recomendó ayer que las capturas de sardina en aguas ibéricas del Atlántico no superen las 12.000 toneladas en 2016, lo que supone una rebaja del 14,3% respecto al tope de 14.000 toneladas que fijaron España y Portugal para este año en el marco del plan de gestión diseñado para recuperar la pesquería. Los científicos abren la puerta a, si se aplica esta medida, aumentar el cupo de 2017 hasta las 23.000 toneladas.

Ambos países fijaron un tope máximo de capturas de 10.000 toneladas hasta el 31 de julio de este año, pero la regulación de la pesquería establece que el límite anual puede ser revisado a partir de esa fecha. El secretario general de Pesca, Andrés Hermida, y el secretario de Estado de Pesca de Portugal, José Apolinario, se reunieron la semana pasada para hablar sobre el estado de la especie, aunque no trascendieron detalles del encuentro.

El ICES publicó ayer la revisión de sus dictámenes sobre la sardina en los caladeros Cantábrico Noroeste, golfo de Cádiz y aguas portuguesas. Los científicos insisten en que las poblaciones están en "mínimos históricos", como también destacó recientemente un estudio de Bruselas, que señaló que la biomasa de esta especie en el Atlántico cayó un 71% en la última década.

El ICES sugiere además que, si se aplica el plan de gestión y se siguen sus recomendaciones, el límite de capturas puede elevarse a 23.000 toneladas en 2017, lo que supondría un incremento notable respecto a este año, en el que el tope se redujo un 26%.

La flota, por su parte, considera "absurda" la pretensión de los científicos de rebajar el cupo de 2016. "Hay que dejarlo como está, esas 2.000 toneladas menos afectarían mucho a la flota y apenas se notarían para la especie", asegura el presidente de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga), José Blanco, que considera que las poblaciones de sardina se recuperaron de manera "considerable" desde la entrada en vigor en 2015 del plan de gestión actual, que en principio durará hasta 2017. "Tenemos buenas expectativas. Este año ya vimos muchísima sardina de tamaño medio, ese pescado desovará y puede que el caladero ya esté recuperado el año que viene", explica Blanco que, pese a todo, no descarta ampliar el plan de gestión hasta 2018. "Si tenemos que hacerlo un año más, lo haremos, porque lo importante es restablecer el stock", asevera.

El presidente de Acerga también cree que las perspectivas del ICES para 2017 son una "buena" noticia. "Los científicos también tienen que ver que la cosa mejora", concluye.