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Perspectivas de la OCDE y la FAO para 2025

El consumo de pescado acuícola superará por primera vez al salvaje a partir de 2022

La producción en granja representa a día de hoy el 45% del total -El tirón de China será decisivo para la industria -Pescanova es la única empresa con plena integración vertical

El desarrollo de la acuicultura en los años 80 y su posterior expansión marcó un cambio de tendencia en la producción y el consumo. Por primera vez la industria podía controlar el acceso a recursos al margen de la volatilidad de las mareas, y el usuario final tenía acceso a productos antes prohibitivos a precios más asequibles. La hegemonía del pescado de cría se consolidará a partir del año 2022, cuando la producción en granja supere en toneladas a las que se extraen del mar de manera más o menos tradicional. Entonces las piscifactorías y las jaulas -cría intensiva y extensiva- ofrecerán al mercado 95,25 millones de toneladas, frente a las 93,17 que llegarán a los muelles de los barcos de pesca. No se tratará de un ejercicio excepcional: a partir de esa fecha consumiremos más productos pesqueros de piscifactoría que los de procedencia salvaje.

Se trata de las perspectivas elaboradas por la OCDE y la FAO y difundidas en su informe Agricultural Outlook 2016-2025, que desglosa las previsiones en función del consumo, la producción o el precio. En líneas generales son buenas noticias para la industria pesquera gallega, la de mayor facturación de la eurozona y, como avanzó FARO, deberá duplicar su capacidad en la próxima década para atender a la demanda. La producción crecerá un 1,5% al año, y rozará las 196 millones de toneladas en 2025. "La mayor parte del crecimiento se corresponde con los países en desarrollo, sobre todo en Asia", expone el documento. "Teniendo en cuenta que la pesca salvaje solo crecerá un 1% [para la misma fecha], la mayor parte de la subida procederá de la acuicultura".

Hay especies cuya producción salvaje seguirá siendo hegemónica, entre las que están algunas de gran consumo mundial como el atún, la merluza o los cefalópodos. Y Galicia tiene músculo para responder al reto. La industria atunera está en fase de concentración y expansión (Calvo, Garavilla, Albo, Pernas), en Vigo está la mayor compañía de merluza congelada del mundo (Iberconsa) y en la ciudad se procesan más cefalópodos que en el resto de España.

Pero es Pescanova la compañía con mayor potencial, si bien la fase postconcursal será un handicap para que pueda asumir crecimiento orgánico (ampliación de la capacidad productiva) o inorgánico (compra de empresas). Es la única industria española con plena integración vertical y con suministro propio de pescado salvaje y acuícola. La crisis por la que ha atravesado la dejó sin las granjas salmoneras de Chile (Acuinova y Nova Austral), pero confía ahora en erigirse como un "jugador mundial" de langostino. Esta especie aporta ya la mitad de sus ingresos. El rodaballo, otro producto que obtiene de piscifactoría, no es representativo en sus cuentas.

El aumento de capacidad es un objetivo que persiguen las mayores empresas españolas, todas gallegas, que han absorbido firmas o han añadido flota para disponer de más materia prima. Iberconsa, Pereira, Mascato, Profand o Marfrío están en fase expansiva con adquisiciones como Cadilu Fishing, Portomar o Vieira Perú. Teniendo en cuenta que los productos salvajes apenas se revalorizarán en el mercado -los precios incluso caerán en 2019 y 2020-, la renovación de su catálogo con productos de mayor valor añadido será indispensable para mantener los márgenes. Con 2.184 dólares la toneladas, la acuicultura vivirá su punto álgido dentro de diez años.

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