"Fueron los mayores furtivos del Pacífico, y luego desembarcaron en Perú. Eran grandes, muy grandes". En el sector pesquero todos conocen a Pacific Andes, que llegó a ser la séptima compañía pesquera del mundo (2011) y es una de las armadoras más potentes en la actualidad. Sus días de gloria han pasado y la compañía china ha entrado en bancarrota.
Los graves problemas de liquidez por los que atraviesa le han obligado a pedir la protección de sus activos, como un preconcurso de acreedores, mientras trata de deshacerse de activos para seguir activa. Su nombre proviene de su instauración en Perú, donde es propietaria del grupo Copeinca. Empresas del sector y fondos de inversión pujan ahora por hacerse con sus barcos y factorías.Tiene activos por casi 4.500 millones de euros y una deuda de otros 2.260 millones. La empresa atribuye sus problemas a las pérdidas derivadas del fenómeno El Niño y de la regulación de los mercados de Hong Kong y Singapur.
Pacific Andes dejó también su impronta -y deudas, según fuentes del sector- en Vigo. En 2011 envió a la ciudad seis buques que faenaban en Mauritania para hacer reparaciones a bordo y aprovisionarlos. También fue noticia por llevar tener embarcados menores a bordo del Lafayette (casi 230 metros de eslora), como aseguraron testigos durante su parada en Ferrol en 2011. Se inició una investigación de fiscalía, pero el buque abandonó el puerto antes de tiempo.
