Finalmente no hubo acuerdo. La reunión del trílogo entre la Comisión Europea, Consejo y Parlamento acabó ayer a última hora sin una resolución sobre la prohibición del arrastre en aguas profundas. Si bien parece claro que habrá un veto para usar este arte por debajo de los 800 metros en aguas comunitarias (como avanzó este diario en abril), flecos técnicos evitaron ayer que el sector pesquero tuviera un problema más salido de Bruselas.

Pese a que había una rueda de prensa prevista para esta mañana para explicar lo acordado, la falta de consenso político hizo que se cancelara y según fuentes relacionadas con la negociación se ha debido a discrepancias sobre a qué profundidad entran ciertas medidas técnicas y también sobre el número de observadores que deben ir embarcados.

Ahora se tendrá que producir una nueva reunión que tendrá lugar antes del 30 de junio, fecha en la que acabará la presidencia holandesa. Hasta entonces se volverán a producir consultas y contactos antes de la tomar de una decisión.

Hasta la fecha, tanto el Consejo como la Comisión apoyan la idea del Parlamento de que esta prohibición que tanto preocupa al sector no afecte a aguas internacionales, lo que ofrecería un respiro a la flota antes esta medida surgida en la era de la anterior comisaria de Pesca, Maria Damanaki.