La familia que Juan Cadabón tiene en Cangas, concretamente en O Hío, está angustiada. Las llamadas del capitán del "Praia de Areamilla" son cada vez más inquietantes. Preocupa su salud después de tantos meses "recluido" en Dakar. Su sobrino Antón Iglesias y su hermana Manuela también mantuvieron durante ocho meses esa ley del silencio que pesaba sobre este caso. Pero para también para ellos llegó la hora de reclamar en voz alta el regreso de Juan Cadabón.

Manuela habla con frecuencia con él. Desde que salió del barco la situación cambió para mejor, pero sabe que su hermano ya no aguanta más.

Juan Cadabón pidió a su hijo, que es invidente y estudia Ingeniería informática en el Campus de Ourense, que utilizara sus conocimientos para hacer llegar su caso a la población española. Juan Cadabón (hijo) fue el alumno que mejor nota obtuvo del IES María Soliño en el año 2011. Ayer fue el interlocutor de su padre a través del correo electrónico. En Dakar, Juan Cadabón no tiene acceso a él. Su teléfono no tiene whatsapp y el ordenador que tiene en el barco no se encuentra operativo porque las autoridades senegaleses lo prohíben.

Se comunica a través de Skype con su familia de Cangas, donde tiene otros dos hijos que le esperan. Comenta que se hizo selfies con la barba para que "os meus fillos me veran antes de que morrera", comenta, consciente que esos momentos de desesperación pasaron ya un poco. Ahora emprende su lucha por salir de Dakar y pretende utilizar todos los medios que tiene a su alcance para lograrlo. Su hermana Manuela y su sobrino tienen claro que no sirvieron para nada tantos meses de silencio, que hay que ponerse en acción para que las autoridades españolas también se hagan eco del problema.