La reducción de presupuesto en la lucha contra la pesca ilegal en Reino Unido pone en riesgo la vida marina y permite esta práctica al dejar pescar a algunos operadores deshonestos, según denunció Greenpeace. La organización indica que el número de procesamientos cayó a 14 en 2014 y 2015, frente a la media de 23 que hubo en cada uno de los tres años anteriores,