El palangre gallego vive aparentemente en calma en lo que al terreno de la pesca se refiere. Con la norma que prohibe cortar las aletas a bordo para evitar el finning -tirar el cuerpo al mar tras el cercenamiento- aún latente y con la problemática del veto al transporte de tiburón por parte de algunas navieras, el sector siempre está alerta para reivindicar su posición como pesca sostenible. De hecho, tienen prohibida la captura de siete especies ( tiburón zorro, martillo, oceánico, sedoso, peregrino, blanco y marrajo sardinero). El 95% de la pesca de escualos del palangre gallego está dirigido a la tintorera (Prionace glauca) y marrajo (Isurus oxyrinchus), cuyas descargas aumentaron un 4,7% en los cuatro primeros meses del año. Sin embargo, apenas llegaron a los puertos gallegos 32,7 toneladas de marrajo, prácticamente la mitad que hace un año, lo que da como resultado el peor dato desde 2008.
Este significativo descenso respecto al mismo período del año pasado para este especie está compensado con las capturas de la otra, según reflejan los datos de la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, dependiente de la Consellería do Mar. La primera venta de tintorera ha dejado en Galicia más de 1 millón de euros por las 652 toneladas que llegaron a las lonjas hasta abril. Las 32,7 de marrajo (exactamente un 48% menos que el año pasado) alcanzaron un valor en primera venta de casi 190.000 euros.
Vigo es el único puerto de Galicia en el que se descargó esta cantidad de marrajo. El precio medio que alcanzó el kilo de esta especie fue de 5,79 euros, siendo pagado a un máximo de 8,75 euros. Por su parte, los puertos en los que se descargó tintorera -o quenlla- fueron Vigo, en un 99,99%, y Burela. El precio medio de la especie fue de 1,5 euros el kilo, aunque se llegó a pagar a 4 euros.
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Por otro lado, la flota palangrera también descargó en estos primeros cuatro meses del año 339 kilos de pez espada, que alcanzaron un valor de 2,4 millones de euros gracias a un precio medio de 7,09 euros. Con Vigo como puerto principal también para esta especie, los datos significan un aumento del 60,7% respecto a hace un año, cuando se descargaron a estas alturas del año 206 toneladas (por 1.3 millones).
Mientras, la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI) solicitó de nuevo en la revista mensual Pesca Internacional un cambio en la normativa de aletas adheridas. En el texto alertan de que la Comisión Europea "ha fracasado" a la hora de intentar extender esta normativa en las organizaciones regionales de pesca. Por eso, la industria española "volverá a pedir que se cambie la norma comunitaria para que no continúe deteriorando su competitividad".
