Un estudio internacional liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) acaba de identificar un mecanismo genético que permite obtener peces de acuicultura más grandes sin que aumenten sus niveles de grasa corporal ni se modifique su perfil de lípidos, por lo que no son más propensos a contraer enfermedades.

Los investigadores -entre los que hay gallegos- escogieron el pez cebra para realizar estos experimentos y descubrieron que al bloquear el sistema hormonal de la especie "se modifican los sistemas neuronales que regulan la saciedad, por lo que estos animales podrían comer más". "Incluso cuando se alimentan con la misma cantidad de comida que los peces no modificados, su peso aumenta hasta un 60% y su longitud un 15% más, por lo que demuestran una mayor eficiencia alimenticia que el resto de ejemplares", explica el investigador del CSIC José Miguel Cerdá, del Instituto de Acuicultura Torre de la Sal, de Alicante.

El mecanismo identificado en el estudio se basa en la inhibición del sistema hormonal de melanocortinas. "Este sistema también controla la pigmentación del dorso del vientre de los ejemplares, por lo que los especímenes alterados son fácilmente identificables", indica el investigador del CSIC Josep Rotllant, del Instituto de Investigaciones Marinas (IIM) de Vigo.

La inhibición hormonal -diferente de la transgénesis-es el mismo sistema aplicado en los denominados "salmones transgénicos" que se comenzaron a comercializar sin etiquetado especial en Estados Unidos a finales de 2015 tras obtener la aprobación del Gobierno norteamericano, aunque no sin polémica. El sistema de pigmentación de los peces cebra representa una "ventaja" con respecto a los salmones. "Además, a diferencia de los ejemplares utilizados en nuestro trabajo, estos salmones necesitan comer mucho más para crecer y su aspecto es el mismo que el de sus congéneres no modificados", comenta Cerdá.

El proyecto también contó con la participación de diversas instituciones como la Universidade de Vigo, el Instituto de Bioquímica y Fisiología Evolutiva de San Petersburgo (Rusia), los Institutos Noruegos de Alimentación, Pesquerías e Investigación en Acuicultura y la Universidad de Vanderbilt (Estados Unidos).

Los autores de la investigación, que publicaron un artículo en la revista Hormones and Behaviour en el que explican sus resultados, aseguran que estos avences ayudarán a profundizar en la investigación de los factores que controlan el crecimiento y la eficiencia alimenticia de los peces cultivados y abrirán nuevas vías hacia la sostenibilidad de los sistemas de producción animal.

El CSIC destaca que las mejoras en la eficiencia alimenticia, las estrategias de alimentación y el crecimiento de las especies cultivadas suponen en la actualidad una "prioridad" en el campo de la acuicultura, ya que su "sostenibilidad" y la disponibilidad de pescado en el mercado a precios asequibles depende de estos factores.

Las empresas españolas de acuicultura marina facturaron 292 millones de euros en 2015, un 10,8% más que en 2014 y elevaron su producción hasta las 48.065 toneladas, un incremento anual del 10,2%.