La Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha logrado un acuerdo internacional para combatir la pesca ilegal que entrará en vigor el próximo 5 de junio. En los últimos meses se han ido adheriendo los últimos países necesarios. Finalmente son un total de 29, además de todos los que forman la Unión Europea (UE), que figura como una única parte contratante.

La FAO pone fin así a siete años de esfuerzos diplomáticos para lograr la entrada en vigor del llamado Acuerdo sobre medidas del Estado del rector puerto, con el que intentarán dar freno a la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR, o IUU por sus siglas en inglés).

Este nuevo instrumento jurídico recoge las medidas tomadas para detectar esta pesca ilícita cuando los barcos llegan a puerto, además de promover la colaboración entre pescadores, autoridades portuarias, guardacostas y fuerzas navales para reforzar los controles en puertos y embarcaciones.

Esas inspecciones pueden ayudar también a mejorar la lucha contra el contrabando, el trabajo ilegal y la trata de seres humanos.

Por otro lado, este acuerdo mundial permite a los países evitar que los barcos desembarquen las capturas obtenidas mediante pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, con independencia del pabellón que enarbolen.

Se estima que este tipo de actividad ilícita, que impacta en la biodiversidad y la seguridad alimentaria, representa hasta 26 millones de toneladas anuales por valor de unos 23.000 millones de dólares (20.200 millones de euros).

Además de los países contratantes que forman parte de la Unión Europea, se sumaron a esta ratificación otros estados como Chile, Costa Rica, Uruguay, Estados Unidos, Cuba, Indonesia, Islandia, Nueva Zelanda o Somalia.

La ratificación del tratado, que fue aprobado por los países miembros de la FAO en 2009, exige a los Estados a compartir información, designar los puertos que las embarcaciones extranjeras pueden utilizar y bloquear la entrada a aquellas que estén o se crea que están involucradas en la pesca ilegal.

"Este es el comienzo de una nueva era en la lucha contra la pesca ilegal . Al negar a los pescadores sin escrúpulos refugio seguro y el acceso a los mercados, el acuerdo impulsará la industria pesquera hacia una mayor sostenibilidad y tiene un importante efecto dominó sobre toda la cadena de suministro de la pesca", explicó el Director general de la FAO, José Graziano da Silva.